Tres formas de crear hábitos de estudio en nuestros hijos

Por Corderobeatriz

Cada año escolar plantea nuevos retos, tanto para los niños, como para los padres. Más aún si los niños pasan del preescolar a primaria o a otro nivel superior.

La incertidumbre y las dudas son normales, pero nos sentiremos más seguros si tenemos las herramientas necesarias para enfrentar el día a día.

En casa tenemos una estudiante comenzando primer grado y uno por graduarse de preparatoria o transición, como le dicen en otros países.

Para mi chica de primaria el principal reto ha sido acostumbrarse a los horarios de su nuevo colegio, y a las nuevas asignaturas que está recibiendo. Pero en casa la rutina se mantiene, y eso nos ayuda a hacer más ordenada y productiva la tarde.

Crear buenos hábitos es la base del éxito en la vida. Los hábitos de estudio son cruciales, no sólo para lograr objetivos académicos, sino para desarrollar amor por la lectura y el constante aprendizaje. Y no me refiero a las notas, eso es muchas veces subjetivo y no tiene que ver directamente con asimilar conocimientos o saber aplicarlos a la vida.

1 Tener un horario

Organizar la tarde y asignar tiempos a las actividades. Esto ayuda a que sean los mismos niños los que tengan claro lo que va en cada momento, aprender a organizar una agenda y respetarla.

Puedes combinar momentos de descanso y de trabajo, con momentos lúdicos o de juegos dirigidos. Lo importante es tenerlo por escrito y en un lugar visible. Puedes ver ejemplos en nuestro tablero de Pinterest sobre el tema.

2 Dar un momento importante del día a leer y repasar

No tener tarea programada, de parte del colegio, no implica no hacer nada y dedicar la tarde a la televisión. Si nos acostumbramos a repasar unos minutos todos los días, seguro nuestra carga será menos al momento de exámenes o evaluaciones. Esto también colabora a cultivar la virtud de la constancia y responsabilidad.

También deja un momento, unos 5 minutos, a leer algo que no sea de estudio. Todo niño mayor de 5 años debe tener un libro en proceso de lectura SIEMPRE. Si comenzamos desde pequeños a fomentar el amor y la costumbre de leer, de adultos no tendremos que obligar. Debe ser un deleite y no una obligación.

3 Hacerlo divertido y flexible

No lo tomes tan enserio. De repente puedes programar la hora de estudio o lectura en el parque. Dispersar la mente y cambiar de ambiente puede hacer del momento una experiencia divertida.

También debemos estar abiertos a cambios inesperados. Si el niño tiene sueño, aunque sea hora de hacer planas, seguro se volverá un momento tenso para ambos. Podemos re acomodar en el camino si es necesario. Recuerda que no es un trabajo de un par de días, sino de al menos 21 para que se vuelva algo natural en tu hijo, y que no lo sienta impuesto por ti.

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