La convivencia sana, positiva y productiva ("Bienvivencia", como la denomino en mi libro Equilibrios de Excelencia) es el objetivo de las organizaciones, refiriéndome tanto a empresas, instituciones, o a la familia como célula de organización básica. Sin embargo, la dinámica social, política, económica y tecnológica, que enfrentamos en esta segunda década del siglo 21, genera no solo diferencias o barreras organizacionales, sino "abismos" de aceptación, comprensión y tolerancia.
Blanca señaló que debemos decir adios a los estereotipos, pues, si bien la imagen sigue siendo un factor de aceptación o de rechazo en las sociedades tradicionalistas; es un hecho que, hoy más que nunca, el fondo es más relevante que las formas. Hoy, y seguramente así será en el futuro, las formas se han transformado, ya no es posible establecer un juicio a "primera vista"; hay que acercarnos para entendernos.
Las diferencias nos enriquecen, nos retan, nos ponen a prueba. La tolerancia a usos y formas que en el siglo veinte se consideraban reprobables, hoy son una opción, que para los más jóvenes (en edad y en espíritu) son la manera de expresar su identidad.
No se trata de ver quién es mejor o peor; sino de "bienvivir", de lograr cumplir las metas de la organización, alineando las metas personales de sus miembros. Esto no es una novedad; sin embargo, hoy es una necesidad apremiante. En la medida que las organizaciones acepten y comprendan las diferencias y motivaciones de sus integrantes, lograrán la sinergia requerida para que exista un ambiente positivo y productivo.
Date un tiempo para que veas este video, seguramente te dará una mejor perspectiva para entender esta necesidad de bienvivir de estas tres generaciones y que logres que en tu organización se convierta en una "Misión Posible".
Por último, en esta ocasión, dado que los Milleniales son la generación que se encuentra en la base de la escalera organizacional y antes de que llegue la siguiente generación (¡gulp!); a continuación algunos datos para entenderlos mejor.