Tres Instituciones promotoras del desarrollo ilustrado

Por Ilustrado
La Enciclopedia francesa define al "Ilustrado" como aquel "que pisoteando todo prejuicio, tradición, consenso universal, autoridad, en una palabra, todo lo que esclaviza a la mayoría de las mentes, se atreve a pensar por sí mismo".
Ahora bien, con ser los más importantes no sería lícito considerar a los filósofos los únicos artífices del florecimiento de la Ilustración. Junto a ellos hay que tener en cuenta a los amigos, simpatizantes, viajeros, comerciantes de libros, editores de periódicos, etc., que formaban una extensa red a través de la cual las nuevas ideas se difundieron y llegaron a los más diversos lugares en el siglo XVIII.
Durante el siglo XVIII, en España empezó a surgir un movimiento de carácter científico, económico, político y cultural denominado Ilustración, tan en auge en la Europa contemporánea. Fue el siglo de las Luces, en el cual Carlos III inició una serie de reformas en el Estado, en la Iglesia, y en la sociedad. Rodeándose de unos políticos ilustrados como Campomanes, Floridablanca, Jovellanos, Aranda, Cabarrús o Feijoo entre otros, dedicaron grandes esfuerzos en la investigación científica, al desarrollo y difusión de la cultura, a un reformismo político basado en los ideales liberales e ilustrados, y a una menor intervención de la Iglesia católica en las decisiones políticas y la vida social.
Políticos, empresarios, artistas, científicos, aristócratas, filósofos, etc. son los implicados, dejando a un lado a la Iglesia, y rompiendo con las concepciones tradicionales y conservadoras con respecto a la moral y la ética, y al pensamiento católico tan arraigado a siglos anteriores. Serían el paso previo a la Nación Liberal, moderna y constitucionalista que nacería a principios de siglo XIX con la Constitución de las Cortes de Cádiz de 1812.
Los principios ilustrados se difundieron en la tradicional sociedad española, a pesar de los grupos conservadores, a través sobre todo de tres vehículos: las Sociedades Económicas de Amigos del País, la Reforma universitaria y prensa periódica.



CARLOS III EN SU CORTE, POR LUIS PARET


1- LA PRENSA PERIÓDICA
El desarrollo de la prensa científica o literaria, fue acompañado de la aparición de una prensa polémica y de opinión que invitó al debate público sobre los temas candentes de actualidad y que muchas veces se convirtió en el puntal más critico de la todavía atrasada sociedad española.
Los ideales partían de sus filósofos y pensadores, pero fue importante la labor de difusión de los comerciantes de libros, editores de periódicos, etc.
2- LA REFORMA UNIVERSITARIA
La Universidad fue reformada a fondo, gracias en parte a la expulsión de los jesuitas que acaparaban la mayoría de las cátedras; se innovaron las materias y disciplinas a impartir y se introdujeron modernos métodos pedagógicos, aunque lo más importante fue que su control pasó a estar en manos del Estado, así como los colegios mayores y el sistema de provisión de becas; la creación de academias científicas y colegios superiores, como los Reales Estudios de San Isidro, completaron la reforma en este campo.
Carlos III pretendía reducir las atribuciones del Santo Oficio, impulsar la reforma interna de la Iglesia, acabar con determinadas formas de religiosidad popular y con el poderío económico, despojarle del control sobre la enseñanza superior, someterle a la política oficial, recortar los poderes de la Inquisición a través del Real Patronato y recortar su jurisdicción. Se le prohibió editar libros sin licencia real.


PASEO DEL PRADO, POR LUIS PARET


3- LAS SOCIEDADES ECONÓMICAS AMIGOS DEL PAÍS
Las Sociedades Económicas de Amigos del País, son una de las instituciones más originales y más representativas del movimiento ilustrado de la España de la segunda mitad del siglo XVIII. Implantadas en España, Irlanda y Suiza a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, en el marco de las ideas de la Ilustración, a imagen y semejanza de las de Inglaterra o Francia.
Surgidas en los círculos culturales como organismos no estatales, tenían como fin promover el desarrollo de España, estudiando la situación económica de cada una de las provincias y buscando soluciones a los problemas que hubiera.
Se encargaban de impulsar la agricultura el comercio y la industria, y de traducir y publicar las obras extranjeras que apoyaban las ideas de la fisiocracia y el liberalismo. Contaban con licencia real para constituirse y reunirse, y en su fundación intervinieron los sectores más dinámicos de la sociedad: importantes figuras de la nobleza y numerosos cargos públicos, de la Iglesia, del mundo de los negocios y los artesanos.
La primera sociedad de ilustrados fue la Bascongada fundada por los Caballeritos de Azcoitia en 1765.


REUNIÓN DE LOS CABALLERITOS DE AZCOITIA
FUNDADORES DE LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA


El éxito de los ilustrados vascos indujo, en 1774, al gobierno de Pedro Rodríguez Campomanes de proponer la creación de sociedades económicas, con los mismo fines que la vascongada, a las principales ciudades de España. Estos fines y planes de acción fueron recogidos en los Discursos, uno de los testimonios mayores del espíritu del reformismo borbónico. Estas instituciones debían analizar la situación económica de su territorio, proponer las reformas pertinentes y ocuparse de la formación profesional de los agricultores y los artesanos, pero las reformas debían respetar las estructuras básicas de la propiedad agraria y de la estratificación social, y el modelo de crecimiento propuesto no debía cuestionar el sistema económico propio del Antiguo Régimen.
La propuesta Campomanes encontró una respuesta entusiasta, entre 1775 y 1789, se fundaron más de setenta Sociedades Económicas, que se dispusieron a secundar de la mejor manera posible los deseos del gobierno.
La más importante de estas sociedades fue sin duda la Matritense, cuyos estatutos sirvieron de modelo a la mayor parte de las restantes, cuyas escuelas de hilados para niñas fueron imitadas en muchos otros lugares, cuyas memorias e informes alcanzaron un alto grado de calidad y penetración en asuntos de relevancia y cuyas sesiones estuvieron realzadas por la presencia de algunos de los más notables intelectuales de la época, como Francisco de Cabarrús o Gaspar Melchor de Jovellanos. Dentro de su marco institucional tuvo cabida además la incorporación de la mujer a las tareas reformistas, a través de la creación de la Junta de Damas de Honor y de Mérito, donde laboraron en favor de la causa la duquesa de Alba, la condesa de Benavente o la condesa de Montijo y donde destacó como publicista en pro de la educación femenina la aragonesa Josefa Amar y Borbón, una de las figuras más relevantes de la entidad y una de las que más contribuyeron a su fundación.