Me adentré en este libro pues con mucha expectación y un miedo atroz a que lo paranormal se le fuera de las manos, máxime cuando él ya había advertido que era una novela arriesgada, que posiblemente no habría medias tintas con ella, o gustaría o no lo haría, y aún así había decidido escribirla, y aún así había decidido publicarla con el apoyo de una editorial, Al revés, que suele apostar por historias distintas, quizás no tan comerciales, pero si únicas.
Empezar a leer y pegarse el libro a las manos es todo uno y gran parte de la culpa la tiene Coque Brox, un personaje rudo, roto, pero al que Pere le ha sacado mucho partido y que yo espero reencontrar en otra historia porque todavía da para mucho y tiene secundarios que pueden dar muchísimo juego, pero retomamos este punto más adelante.
No puedo más que recomendaros la lectura de esta novela, que no os va a dejar indiferentes, que seguro que os toca el corazón, independientemente de que creáis o no que hay algo más allá de la muerte, como dice Pere no es que yo crea mucho en ello, pero tampoco ninguno de los que han hecho el viaje definitivo han vuelto para desmentir a aquellos que si lo han hecho. y científicamente hay base para pensar que no es algo disparatado, por lo que hay un resquicio para la esperanza.
El autor:
Esta es su tercera novela policíaca después de haber publicado No nos dejan ser niños y La mirada de Chapman, ambas con Ediciones B.
Desde el año 2016 es colaborador habitual de la Cadena SER (SER cat), en "3-14-16: La nit que no s'acaba", y coguionista del largomentraje La soledad de las ballenas, del director de cine Rodolfo Carnevale, en la actualidad en fase de preproducción en Argentina.
Podéis encontrarlo en:
Twitter: @PereCervantes
Facebook: Pere Cervantes escritor
Argumento:
Si tienes intención de adentrarte en su lectura yo me saltaría el argumento porque para mi gusto desvela cosas que el lector debería descubrir por sí mismo, de hecho no había leído la contraportada hasta que he abordado esta reseña y me creo en la necesidad moral de advertir a todo futuro lector...
En Tres minutos de color la estéril lucha contra el tiempo y la muerte cobra un significado muy distinto.
Coque Brox es un inspector de policía de mediana edad, separado, parco en palabras, amante de todo aquello que conserve su esencia y acromatópsico, o lo que es lo mismo, percibe la vida en blanco y negro. Herido de por vida tras sufrir una pérdida irreparable, solo le alienta la lucha por recuperar el cariño de su hija adolescente.
En una Barcelona en caída libre, cuyos locales de diseño no logran acallar la apremiante nostalgia de sus habitantes, Brox investigará la violenta desaparición de Palma, amigo y compañero de profesión. Durante el tiempo que duren las pesquisas tendrá que mantener engañado a suspicaz comisario que no lo quiere en la investigación, sufrirá los persistentes intentos de suicidio de su exmujer y conocerá, muy de cerca, que es un ECM. Lejos de las clásicas novelas de procedimiento policial, el inspector Brox se verá obligado a visitar un terreno verdaderamente desconocido para él y para el resto de los mortales. Lo que un descreído como él nunca imaginaría es que hay lugares sobrenaturales que albergan la verdad, aunque el camino que conduce a ellos todavía siga siendo un misterio.
Tres minutos de color explora una cuestión para todos inevitable: ¿Que hay después de la muerte? No es una novela escrita solo para que te guste, lo es para que te estremezca, te haga dudar y reflexiones.
Entre Bambalinas:
Soy curiosa por naturaleza, no puedo evitarlo y después de leer una novela me asaltan las preguntas y una de las más recurrentes es ¿qué incitó al autor a adentrarse en esta trama?, ¿porqué escribir sobre un hecho y no sobre otro?, unas veces esa curiosidad se ve saciada y otras veces sigue rondándome por la cabeza. Por suerte esta vez Pere Cervantes en la presentación de su libro explicó porque escribió Tres minutos de color y porque tenía que ser esta y no otra su tercera novela.
Esta claro que ir a un territorio en conflicto bélico no es una experiencia baladí y menos si ese territorio es los Balcanes donde se han producido verdaderas aberraciones. Pere estuvo en Bosnia como observador de las Naciones Unidas para la Unión Europea, la experiencia lo dejó tocado porque nadie vuelve ileso de una experiencia así.
Cuenta Pere que en un viaje por carretera con su interprete por Sarajevo pararon en un enclave donde había una fosa común llena de cuerpos y la mujer, una bosnia de 45 años que había sido doctora, rompió a llorar. Cuando se tranquilizó iniciaron una conversación sobre la muerte y le confesó a Cervantes que no creía que todo acabara en este mundo y que había presenciado una ECM con un moribundo al que había asistido.
Esta conversación quedó grabada en la mente del escritor y ha tardado siete años en dar forma a esta novela, que como muchos podréis comprobar es muy visual, pasa ante los ojos del lector como si de un fotograma se tratara y la explicación está en que fue un guión antes que una novela.
Después de leer Tres minutos de color no puedo evitar establecer un cierto paralelismo entre Nadia la cardiocirujana de esta historia y la doctora bosnia que hacía de interprete a Pere Cervantes en Sarajevo, Tampoco puedo evitar establecerlo entre la lamentación del autor de que el mundo científico haya marginado a aquellos que han apostado por estudiar las ECM desde la Ciencia y la advertencia que Oliver, el forense, le hace a Nadia cuando esta le comunica que va a dedicarse a estudiar en profundidad el tema.
Mi opinión:
He de comenzar agradeciendo a Pere Cervantes la valentía al escribir esta novela, una bomba de relojería que bien podía estallarle en la cara y el coraje de los editores de Al revés, una editorial que es todo un referente en el género negro español, por apostar por una historia tan arriesgada, tan distinta, y pantanosa por adentrarse en el terreno de lo paranormal.
Hablar de Tres minutos de color es harto complicado porque el autor va dando pequeños golpes de efecto, y lo verdaderamente atractivo de esta novela es dejarte sorprender por la trama, por los personajes, por los giros que va tomando la investigación y la vida de todos y cada uno de los implicados en esta trama, así que voy a ser cuidadosa, voy a intentar no revelar nada que pueda fastidiar la sorpresa a un futuro lector y sin embargo, voy a intentar seducir a todo aquel que todavía esté pensando si se acerca o no a esta historia.
Pere Cervantes hace gala en esta novela de una madurez narrativa que sorprende al lector que ya se ha adentrado en su obra, esta novela es más reposada, en algunos momentos roza la prosa poética, utiliza un vocabulario muy cuidado, elegante, al tiempo que se adapta a la perfección a los ambientes en los que se mueven los personajes, a mi me ha sorprendido esta faceta del autor, he disfrutado como una enana con su forma de narrar con la musicalidad de sus textos, con la poesía que iba dejándonos en forma de perlas, y no por ello perdía contundencia porque he podido destacar frases que golpeaban con fuerza, que incitaban a la reflexión, imposible quedarse con una sola, todas constituían mazazos para despertar la conciencia del lector, está claro que Pere con está novela no pretendía solamente entretener, quería ir más allá y en mi caso al menos lo ha conseguido, hace ya dos semanas o más que la he terminado y todavía sigue en mi corazón, todavía me golpean con fuerza esas frases que en su momento apunté, tuitée, y como no Coque Brox y el Aspas se han ganado un lugar en mi corazón.
El punto fuerte de este libro se encuentra en su personaje principal Coque Brox, un tipo rudo, de pocas palabras, un policía a la vieja usanza en una Barcelona en pleno cambio, y el cuerpo de policía nacional no era una excepción. En ese contexto y con el futuro nada claro, todos piensan en como salvar el pellejo, y que los cambios les afecten los menos posible, pero Coque es un hombre roto, con heridas profundas y problemas difíciles de sobrellevar, a la pérdida irreparable que lo convirtió en otro hombre, se suma la desaparición de su compañero Palma, los continuos intentos de suicidio de su ex mujer y la hostilidad de su hija adolescente.
Y no contento con esto un percance la noche en la que desapareció su compañero le ha dejado como secuela una visión en blanco y negro que tiene que disimular a toda costa, la mala relación con su nuevo compañero que le parece un niñato chivato y la negativa del Comisario a que Coque investigue la desaparición de Palma al que da por muerto. No tiene muchos motivos el inspector para ser la alegría de la huerta, pero tampoco es para ser tan hosco, porque lo es con todo el mundo, con su compañero de piso, con su padre, con su ex mujer, con su ex suegra, e incluso con su hija a la que no sabe como acercarse.
Como no podía ser de otra forma la relación que mantiene con el Comisario es la válvula de escape en una novela que va asestando golpes como puños de hierro, ahí es donde Pere introduce las pequeñas notas de humor de esta novela, porque de drama va más que servida y el carácter del inspector no es precisamente festivo como os he comentado, a costa del comisario nos echaremos unas cuantas risas, juraremos en arameo y alguna que otra cosa más.
Coque es el alma mater de esta novela, un personaje que atrae, al que a pesar de todo quieres acompañar y que se rodea de secundarios de lujo, como el Aspas, creo que hasta que no apareció, Coque me tenía robado el corazón, luego fue este hombre vivido, amante de la música y experto hacker quién se quedó con él y me lo tiene tomado en prestamo, la humanidad que desprende hace que empatices con él, que quieras acompañarle en sus actos de boicot, lo entiendes como padre y como abuelo, me quedaba embobada con las anécdotas de su vida de músico. No me importaría reencontrarme con ambos en futuras historias, porque Coque es un caso con la tecnología, necesita alguien de confianza a su lado.
Y si de personajes hablamos también Rodri me tocó el alma en más de una ocasión, esa soledad, ese compartir con los parroquianos, ese libro de notas que venía a ser como un tuiter analógico, la historia que lleva a cuestas, no es un hombre menos roto que Coque, y sin embargo afronta su día a día de otra forma, y para mí es un ejemplo de como encarar las adversidades.
Y si alguno me sorprendió fue Jalil, el árabe que traduce las escuchas de la policía, un personaje afín a Coque y a su compañero un Palma, una tabla de salvación para el inspector porque le sirve de ojos al conducir, porque le ayuda con aquellos datos a los que no tiene acceso, porque la operación Lola le está vetada. Jalil nos da momentos de verdadera reflexión y también instantes de humor, porque el choque de culturas existe, y Coque es muy conservador, muy hombre para que le vayan con mariconadas, y Jalil es de los que piensan que cuando apremia lo que se tiene a mano bueno es.
Sin embargo me costó mucho acercarme a Oliver, empatizar con él, quizás porque lo veía un hombre inseguro, un hombre que ocultaba sus escasas dotes sociales en su amistad con Coque y Nadia y en el juego en el que era sin duda el rey, el jugador más aventajado, el que sabía como burlar las normas, y colarse por los resquicios que el juego dejaba. No fue hasta la segunda parte en la que lo pude más o menos comprender y en la que me sorprendió muy gratamente.
Y algo parecido me pasó con Nadia, la cirujana cardiovascular, la obsesión por su ex, esa incapacidad para pasar página cuando había decidido hacer su vida sin él, me ponía del revés, hay que ser consecuente con lo que uno decide y en unas cosas parecía que iba a serlo y en otras volvía una y otra vez a las andadas, también da un vuelco en la segunda parte, pero al principio es un poco más de lo mismo, una búsqueda del porque de una relación fallida. Después y sobre todo cuando conoce al muchacho autista es capaz de reaccionar, de cambiar el chip, de darnos pequeños destellos de alegrías.
Y si de personajes hablamos tenemos uno que lo impregna todo, Barcelona, esa ciudad que está experimentando cambios, está a punto de llegar la Policía autonómica con los cambios que eso conlleva, pero no son los únicos, la ciudad se está volcando con el turismo, y perdiendo la esencia, y eso se nota en los restaurantes, en los comercios, en sitios emblemáticos como las Ramblas, pero también en edificios. Y esa ciudad que Pere empieza a no reconocer, es una parte esencial de esta novela.
Esto en cuanto a los personajes, trazados con una elegancia exquisita, dibujados con guante blanco tanto en lo físico como en lo psicológico, con matices, para nada estamos ante personajes planos, cada uno es atractivo a su manera, cada uno hace gala de una personalidad única e irrepetible y atrae o repele al lector por su actos.
En la primera parte nos encontramos una investigación policial al uso, Coque es el inspector de la sección de Desaparecidos, los años que lleva en el Departamento lo han convertido en un sabueso, es el que más casos ha resuelto, sin embargo hay uno que le escuece, uno al que no debe acercarse, y que sin embargo, es el que más le interesa, el que atañe a su compañero, porque no cree que esté muerto y porque sabe que los de Homicidios no van a ser capaces de encontrarlo ni vivo, ni muerto.
Al tirar del hilo Coque se va a encontrar con una red de pornografía infantil, que no solo se limita al intercambio de material blanco, porque no se bien como llamarlo si no que nos encontramos ante verdaderas aberraciones, y Palma se metió en su camino para vengar una afrenta a una hija de la que Coque no tenía ninguna noticia. Ir transitando con Coque los últimos pasos de Palma para dar con un resquicio de su paradero en ocasiones ha sido doloroso. Coque es un inspector de la vieja escuela, uno de esos para el que el fin justifica los medios, no es para nada políticamente correcto, se mete donde no se le quiere, incumple ordenes de superiores, pone su vida en peligro, y no todo lo que va a descubrir le va a gustar.
Pero cuando el lector más a gusto está siguiendo con Coque la investigación para encontrar a Palma, el autor da un giro a la trama, un golpe de efecto que a mí personalmente me noqueó, porque la confianza con el autor no es tanta como para entrar hasta la cocina de su Facebook y recriminarle la afrenta que había sentido, en estado de shock seguí leyendo, quería saber donde pretendía llevarme, el libro se iba pegando a las manos, las páginas avanzaban unas veces más rápìdas y otras me sumían en una reflexión de la que me costaba salir, y no por ello nos olvidamos por completo de la investigación polícial, pero no es lo más importante en este momento. El mapa de las emociones me tuvo muchos días a mal traer, mi cabeza bullía cual olla a presión, la historia se quedaba en mi cabeza incluso cuando había cerrado el libro, en muchas ocasiones me encontraba dándole vueltas a la trama, no veía la forma en que Pere pretendía cerrar la novela.
Disfruté como una enana del falso sosiego que me brindaban esas páginas, me volví a echar unas risas a costa del Comisario Paco Palomares, empaticé con Coque cuando descubrió el quid de la question, que Palma intentaba vengar una afrenta que no le correspondía, y aunque el lo había sospechado desde el primer momento no esperaba que todo apuntara en la dirección que lo estaba haciendo.
Termina el remanso de paz, y en la tercera parte vuelve la acción de nuevo, Pere hace que me quite el sombrero en la resolución de la desaparición de Palma, Coque sigue siendo rudo, hosco y de pocas palabras pero intenta que su vida de un vuelco, acercarse a su hija y que esta no lo rechace, y sobre todo acercarse a su padre, a ese hombre que siempre está ahí aunque hubo un tiempo que no supo estar demasiado.
En una novela el final es el broche que inclina la balanza hacia el me ha convencido, o justo al lado contrario, en este caso Pere Cervantes ha dado en el clavo, ha sabido ponerle un broche de oro, ha sabido equilibrar la realidad y el plano paralelo, y puede que este no haya convencido a todos los lectores pero nadie me negara que el final es de diez, que ha sabido como pocos salvar unos muebles que no parecían fáciles de llevar a buen puerto.
Fue cerrar el libro y sentirme huérfana, faltarme Coque, y su eterna tristeza y ese transcurrir la vida en blanco y negro, faltarme el Aspas y su forma de ver la vida, faltarme incluso la pequeña María que apunta muchas maneras, y ese optimismo de Rodri y su taberna... Y sobre todo volver a la portada y entender muchas cosas, todo está condensado en ella, pero quizás sea necesario adentrarse en la lectura, incluso terminarla para verlo todo tan claro.
Conclusión:
Resumiendo que es gerundio, porque palique no me falta y me voy por las ramas, y últimamente la gente tiene poco tiempo, recomiendo leer esta novela, adentrarse en ella sabiendo lo menos posible, disfrutar de la prosa del autor, sentir los golpes que te asesta con frases contundentes que pretenden sacar al lector de su zona de confort, obligarle a reflexionar, a plantearse cosas que tenía asumidas y tenía como reales.
Disfrutar con esos escasos destellos de humor que nos levantaran alguna sonrisa cuando no alguna sonora carcajada, que viene a dar un poco de respiro a la tensión que se palpa, a tanta maldad como campa, porque el tema que toca esta novela no es baladí, las tripas se remueven, y hay momentos en que no dejarías títere con cabeza, terminarías tu solita, o solito con todos los malos sin tener en cuenta las posibles represalias.
Pere Cervates ha creado un personaje solvente, con mucho peso, un personaje que ha venido para quedarse, que a pesar de sus pocas dotes sociales hace que el lector le quiera, que empatice con él, que le siga, y que se quede huérfano nada más cerrar la novela, pero por si ello no fuera poco hay secundarios que son toda una joya, y puestos a pedir Pere si rescatas a este pedazo de inspector no te dejes por el camino a esos que tanto nos han deleitado.
Pues eso, que has de leerlo sí o sí, y ya tardas en descubrir, a Coque, y esa Barcelona de capa caída, que a mi me tiene enamorada, aunque preferiría la que conserva toda su esencia, pero no se puede estar abierto al mundo global, al turismo y conservar lo genuino, lo tradicional, se avanza a costa de perder lo que nos hace únicos
Os dejo el video de la presentación por si queréis disfrutar de la misma velada que yo
Esta reseña participa en la #YincanaCriminal2017 en el apartado Es una novela policíaca