Tres mujeres - Sylvia Plath

Publicado el 18 mayo 2018 por Elpajaroverde
Tres mujeres. Tres bebés. Tres idiomas. Tres voces.
La mujer que asume la maternidad, la que no la alcanza, la que la rechaza. El bebé nacido y aceptado, el no-nacido, el que no debió nacer. El inglés original de Sylvia Plath, la traducción al español de María Ramos, las ilustraciones de Anuska Allepuz. ¿Tres voces? ¿Una sola? ¿Múltiples voces?
Sylvia Plath escribió su poema Tres mujeres con la intención de leerlo en voz alta. Lo lee en la BBC en 1962, un año antes de su muerte, y la experiencia es tal que desde entonces cambia la forma de concebir sus poemas. Por ello pienso que ha sido un acierto realizar una edición bilingüe y que, por tanto, incluye el poema original en inglés, porque así se puede apreciar toda su sonoridad, un detalle más para contribuir a la exquisitez que es esta edición ilustrada de Nórdica.
La madrileña Anuska Allepuz pone imagen, a través de ilustraciones sencillas y sugerentes, a esta historia poemada cuyo centro neurálgico es la maternidad de un hospital. Allí acuden tres mujeres a vivir tres experiencias muy diferentes: la realización de ser madre, la interrupción involuntaria de un embarazo y el dar a luz a un bebé no deseado. Con voces alternas van expresando sus sentimientos desde la llegada al hospital hasta pocos días después de la salida. Sentimientos que se intrincan, que se confunden,  se mimetizan y se intercambian. El miedo, la esperanza, el dolor, la impotencia, la responsabilidad ante el nuevo ser y ante el mundo, la irreversibilidad, la carencia, la falta de libertad, la oscuridad de dar a luz,... Ganas me dan de dejaros versos sueltos y jugar a que adivinéis a quién pertenecen. ¿A quién? A Sylvia Plath, que recurre con igual maestría a elementos poéticos que a detalles poderosos por su cotidianidad: la luna, el grito rojo, la montaña, los dedos como estacas, el carmín de labios, el vestido que ahora queda grande,... Belleza que remueve y que traspasa.
limpia y brillante por los desinfectantes, me sacrifico.
¿Y qué, si entre mis caderas se escurren dos vidas?
He visto los instrumentos de la habitación blanca y limpia.
Es un lugar de gritos. No feliz.
me están cosiendo con seda, como si fuera una tela.
¿Puede la nada ser tan pródiga?
Espero y me duelo.
Tres mujeres. Tres voces que son un solo grito tridimensional. Os dejo con una pequeña parte de ese aullido, las bellas y poderosas ilustraciones de Anuska Allepuz y un enlace en el que podéis acceder a un audio con la lectura del poema en su idioma original. Lástima que no sea la voz de Sylvia Plath.
There is no miracle more cruel than this.
I am dragged by the horses, the iron hooves.
I last. I last it out. I accomplish a work.
Dark tunnel, through which hurtle the visitations,
The visitations, the manifestations, the startled faces.
I am the center of an atrocity.
What pains, what sorrows must I be mothering? 
Can such innocence kill and kill? It milks my life.
The trees wither in the street. The rain is corrosive.
I taste it on my tongue, and the workable horrors,
The horrors that stand and idle, the slighted godmothers
With their hearts that tick and tick, with their satchels of instruments.
I shall be a wall and a roof, protecting.
I shall be a sky and a hill of good: O let me be! 
A power is growing on me, an old tenacity.
I am breaking apart like the world. There is this blackness,
This ram of blackness. I fold my hands on a mountain.
The air is thick. It is thick with this working.
I am used. I am drummed into use.
My eyes are squeezed by this blackness.
I see nothing.

No hay milagro más cruel que este.
Me siento arrastrada por caballos, cascos de hierro.
Aguanto. Permanezco. Cumplo una función.
Túnel oscuro a través del cual se precipitan visiones,
visiones, manifestaciones, los rostros exaltados.
Soy el centro de una atrocidad.
¿Qué dolores, qué tristezas estoy engendrando? 
¿Puede tal inocencia matar y matar? Ordeña mi vida.
Los árboles se marchitan en la calles. La lluvia es corrosiva.
Lo percibo en mi lengua, los posibles horrores,
los horrores que aguardan, quietos, las madrinas ofendidas,
el tic-tic de sus corazones, sus bolsos llenos de instrumentos.
Seré muro y tejado, protectora.
Seré cielo y colina de bondades: ¡Oh, déjame en paz! 
Un poder crece en mí, una antigua tenacidad.
Me abro, como el mundo. Hay oscuridad,
un golpe de oscuridad. Cruzo mis manos sobre una montaña.
El aire es denso. Denso ante este esfuerzo.
Me siento asustada. Manipulada.
Mis ojos se cierran ante la oscuridad.
No veo nada.


Listen to Three women
Ficha del libro:
Título: Tres mujeres
Autora: Sylvia Plath
Ilustradora: Anuska Allepuz
Traductora: María Ramos
Editorial: Nórdica
Año de publicación: 2013
Nº de páginas: 104
ISBN: 978-84-15717-61-4
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