'Tres': Trilogía narrativa en clave de danza

Publicado el 26 agosto 2016 por Apgrafic
Franklin Dávalos y Adriana Albán protagonizan esta propuesta de danza contemporánea. / Foto: Difusión

Tres es una propuesta perturbadora y compleja de dos bailarines que desnudan sus almas y sus cuerpos frente al público. Adriana Albán y Franklin Dávalos, acompañados de una orquesta dirigida por Esteban Varela, nos presentan en tres actos una pieza de danza contemporánea independiente con influencias estéticas del ‘happening’ de los años sesenta.

En el primer acto, se desarrolla La historia del niño caníbal. El solo corre a cargo de Franklin Dávalos acompañando la coreografía con diferentes elementos escénicos y vestuarios que refuerzan la metáfora coreografiada del mito del Minotauro. Cuenta la leyenda de la mitología griega que Pasifae, esposa del rey de Creta, Minos, incurrió en la ira de Poseidón, y como castigo la condenó a dar a luz a un niño monstruoso. Este niño era mitad hombre y mitad toro, y sólo podía alimentarse de carne humana. Para poder esconderlo, Minos mandó construir al famoso arquitecto Dédalo, un laberinto.

Encontramos referencias a dicha leyenda de la mitología clásica, en los movimientos enérgicos y contundentes que nos evocan la majestuosidad de los toros bravos. El laberinto físico y emocional se dibuja y desdibuja por el propio bailarín a través de los trazos y dibujos a tiza que se realizan sobre el escenario y que se intercalan de movimientos espasmódicos y tormentosos. Un vídeo donde el bailarín desnudo devora fresas a modo de festín sangriento, contribuye e intensifica la densidad de la atmósfera de esta primera coreografía.

El segundo acto lo protagoniza Adriana con movimientos gráciles y precisos, con una coreografía que evoluciona en función de la luz y las sombras del escenario. Lotus, según su autor, investiga el cuadro de René Magritte The Empire of Lights. Encontramos como referencia visual de dicho cuadro una bombilla que en un momento dado descuelga y acompaña a la bailarina en sus movimientos sensuales.

La evolución y proceso de transformación de la mujer, de su niñez a su edad adulta, se refleja en el diferente carácter de los movimientos de piso y plano medio, y en los diferentes cambios de iluminación de la escena. También en este acto un vídeo refuerza la atmósfera inquietante. Así como el cuadro de Magritte evoca una escena surrealista en equilibrio de día y noche en el mismo lugar y tiempo, el segundo acto conservará la densidad y el tono de toda la obra, sin darnos un respiro para un momento de descanso y emoción poética.

En el tercer acto, denominado Canción para hoguera de bruja, los dos bailarines salen juntos a escena. Es esta última coreografía, inspirada en el cuento de Hansel y Gretel, donde el juego e interacción entre ambos bailarines será el protagonista. Bajo una luz azul, bajo una luz roja y en torno al movimiento de una tercera luminaria descolgada, los bailarines se debaten entre la ilusión y la inquietud de una profesión inestable y compleja. Es en las cogidas y balances entre ambos bailarines donde encontramos una mayor calidad de movimientos y seguramente los momentos más bellos de la obra. Termina la escena con los dos bailarines de nuevo desnudándose en escena, sin un aparente sentido artístico o narrativo.

La intensidad gobierna las tres coreografías, y el espectador, al que no se le deja recomponerse entre acto y acto por no existir pausas entre los tres actos, termina con el corazón en un puño y el alma perturbada. Demasiados elementos e infinidad de historias y contenidos diversos y contradictorios, se entremezclan en escena, configurando una obra abrumadora y de difícil digestión. Aunque el propio director sostiene que la obra no es una representación de dichas historias, es inevitable detectar reflejos de las diferentes metáforas a las tres obras de arte o narraciones elegidas (el mito del minotauro, el cuadro de Magritte y el cuento de Hansel y Gretel).

Se echa en falta más danza y una mejor modulación de los momentos coreográficos a acentuar, como son los cuidados cambios de movimientos al nivel del piso o los giros de Adriana. Pasión y crisis es el hilo conductor emocional y ambiental que aglutina tres coreografías muy diferentes. Tres coreografías que el autor ya había estrenado por separado y que se reúnen ahora en esta nueva propuesta escénica.

Es de destacar la orquesta, dirigida por Esteban Varela, que realiza un hermoso trabajo de acompañamiento de los bailarines y es uno de los agentes más integradores de la propuesta artística.

Tres forma parte de la programación del VIII Festival Fusiones Contemporáneas, organizado por el Centro Cultural Británico de Lima, que concluye este fin de semana con la presentación de Macbeth, del Ballet Contemporáneo de Burgos (España), una moderna versión que mezcla danza contemporánea, ballet, teatro, música, performance y video. Macbeth se presenta del 26 al 29 de agosto, con funciones a las 8 pm.

+ info: VIII Festival Fusiones Contemporáneas