¿Entonces? Los tribunales, incluso los internacionales, reclutan a sus miembros en una clase no sólo elitista sino esencialmente podrida, que no tiene ninguna intención de servir a una justicia integral en la que no sólo se tenga en cuenta el Derecho positivo promulgado siempre por las clases dominantes sino también las complejas circunstancias que concurren en cada caso, porque no sólo es verdad eso de que “yo soy yo y mis circunstancias”, sino que son éstas las que configuran íntegramente la vida de las personas, por lo que enjuiciar a la gente, dar el Derecho a la gente, la función de la jurisprudencia, "da mihi factum, dabo tibi ius", dame a mi el hecho que yo te daré a ti el Derecho, haciendo abstracción de sus circunstancias sociales no sólo no es hacer justicia sino precisamente todo lo contrario.
Que el TEDH de Estrasburgo se lave las manos frente a los crímenes del franquismo no hace sino confirmar esta idea mía sobre los tribunales de justicia, adquirida durante casi 50 años de ejercicio ante los tribunales de tal manera que, todos los años, por Navidad, los mil funcionarios de justicia de mi demarcación territorial me honraban "concediendome el honor de su premio Limón", por mi actitud crítica ante sus actuaciones.
No he conocido a lo largo de todos estos años un sólo juez, uno sólo, que no llevara impresa a sangre y fuego en el fondo de su espíritu una idea esencialmente errónea no sólo ya de cómo debe de administrarse la justicia sino incluso de lo que realmente es ésta.
En tales circunstancias no es que sea difícil sino realmente imposible que se consiga lo que ni siquiera se conoce ni mucho menos se pretende.
Inserto aquí un post que escribí en el chat de Saco ni más ni menos que el 18 de mayo de 2.010, en el que predecía con toda rotundidad que Garzón iba a ser condenado.
MARTES 18 DE MAYO DE 2010
Garzón no podrá ir a la Corte Penal Internacional porque va a ser condenado
#14 Comentario por eutiquio1.-18/05/2010 @ 09:58
¿Es hipocresía o ignorancia?
Anoche, tuve la desgracia de oír la tertulia de Hora 25 de la Ser, compuesta por personajes tan egregios en el campo de la comunicación como Miguel Angel Aguilar, Carlos Mendo, Carlos Carnicero y Vallespin, y digo desgracia porque, oyéndoles, se derrumbó el último de los baluartes de mi esperanza: en un momento de la misma, la Barceló, entrevistó a Moreno Ocampo, el Fiscal de la Corte Penal Internacional que le ha ofrecido a Garzón la incorporación a su despacho como asesor para los casos de grandes crímenes contra la humanidad y el fiscal apuntó algo absolutamente terrible: si Garzón es condenado, le retirará su oferta, porque sería inadecuado que un prevaricador ocupara un puesto semejante.
Y, aquí, viene lo de la ignorancia o la hipocresía. ¿En que mundo habita Moreno Ocampo? ¿De veras tiene alguna duda de que Garzón va a ser condenado, de veras piensa que estos magistrados del TS que han admitido las querellas contra Garzón presentadas por lo más canallesco de la fauna fascista española, representantes actuales de unos criminales sangrientos e irredentos van ahora, después de haberse echando al mundo entero encima, dar marcha atrás en la realización de lo que era su sueño, cargarse al que no sólo fue elemento decisivo en la condena del juez Liaño, violando la norma esencial de su intangible corporativismo, ésa que dice que el que se atreva a rozar a uno de los suyos con la más ligera de las plumas del ala de un ángel más le valiera atarse una piedra al cuello y arrojarse de cabeza al mar, sino que había continuado impertérrito cometiendo lo que a juicio de ellos son crímenes imperdonables contra la esencia de la judicatura como atacar al franquismo fascista y a su representante actual en el panorama político, el PP, iniciando las actuaciones que desenmascararon la financiación corrupta e irregular de este impresentable partido.
Pensar siquiera que unos jueces, más fascistas que el propio Fascio, van a declinar la posibilidad de vengarse del hombre que más daño jurisdiccional ha hecho a la ideología que ellos profesan, ya lo he dicho, o es sufrir una ignorancia terrible o pecar de la hipocresía más desvergonzada porque estos jueces antes se dejarían matar que quitar sus manos del cuello de aquel hombre que odian y envidian por encima de todo.
De modo que la oferta de Moreno Ocampo a Garzón no resultará otra cosa que un brindis al sol si es que realmente se exige para que el juez español vaya la Corte Penal Internacional que éste sea absuelto de sus terribles acusaciones, de tal manera que si, ahora, el Consejo General del Poder Judicial no tuviera otro remedio que autorizar la comisión de servicios especiales de Garzón en la CPI, cuando recaiga contra él la inevitable sentencia condenatoria, dada la composición de la Sala que ha de juzgarle, el juez español tendría que abandonar su puesto allí porque un tribunal penal internacional, que basa su existencia y facultades en el asentimiento de las naciones que lo sostienen, no podría mantener en su organigrama a un condenado por el más elevado de los tribunales de uno de los países que lo integran.
Es por eso que yo hablaba, al principio, de mi desolación cuando anoche escuchaba las intervenciones, unánimes por cierto, de los más egregios comunicadores radiofónicos del país que afirmaban que es un auténtico sacrilegio dudar de la imparcialidad y justísimo comportamiento del más alto de nuestros tribunales.
Como adecuado complemente a este texto, se puede leer el enlace siguiente proporcionado por nuestro buen amigo Fernando Mora: http://www.mimesacojea.com/2010/05/el-paseillo-de-garzon.html? m_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+mimesacojea+(MI+MESA+COJEA)