La crisis de la deuda europea se ha tornado sistémica y amenaza la estabilidad económica mundial, dijo el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, en declaraciones ante el Parlamento Europeo. Trichet, uno de los culpables de la actual situación dado que no previó la crisis que se incubaba bajo sus propias narices por ser la autoridad monetaria europea, considera ahora que es necesario implementar acciones decisivas con urgencia (es decir inyectar más dinero al sistema financiero), en momentos en que arrecian los temores ante la inevitable llegada del impago griego. Desde hace meses que se escucha este pronóstico, y también desde hace meses que muchos países se preparan para este momento. Pero nada se ha hecho.
Como señalé en este artículo, la alta interconexión en el sistema financiero de la Unión Europea provoca un riesgo creciente de contagio que amenaza la estabilidad financiera de todo el mundo. Ese es el pretexto perfecto para obligar a los gobiernos a rescatar a la banca e inyectarle miles de millones de euros pare reanimarla aunque se sabe que será inútil. Ya el FMI ha pronosticado una desaceleración de los países industrializados para el próximo año.Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización