A mí me parece que el correlimos tridáctilo en plumaje invernal es uno de los limícolas más bonitos, tan blanco y gris que parece una pequeña bola de nieve correteando incansable por las playas.
En esta época es difícil diferenciar los jóvenes de los adultos, pero si nos fijamos en la siguiente foto podemos obtener algunas claves.
El ejemplar de detrás presenta algunas plumas más oscuras, en especial las terciarias y coberteras. Esto ocurre porque mientras los adultos realizan una muda total tras la cría, los juveniles mudan las plumas del cuerpo y la cabeza, dejando sin mudar las plumas de vuelo. Por eso este individuo probablemente sea un juvenil, y el de delante un adulto.
Sería una sorpresa que estos correlimos se quedaran aquí en invierno, por desgracia la invernada de este limícola en Asturias es anecdótica y puntual.