Éste es el primer reto de WK en el que participo, así que le di más y más vueltas para encontrar una idea original y veraniega, a ser posible que no estuviera prohibida por mi VSHY (verano sin horno ya).
El trifle es un postre todo-vale en el que se arrejuntan restos reposteros tan ricos como trozos de bizcocho, natillas o crema, fruta, nata y almíbar. De esos que te hacen quedar como una cocinillas elegante y sofisticada cuando en realidad no tenías casi nada en casa y tampoco tiempo para pensar.
El trifle es el eclecticismo hecho dulce: desde la pura improvisación hasta la combinación más refinada, conjuga siempre distintos sabores y texturas. Y yo, para honrarlo, he usado un atajo casero y una elegante crema de té matcha, chocolate, ginebra, lima y melocotón.
¿El atajo? Pues viene a colación de que yo quería un trifle con base de chocolate, pero no me apetecía hornear un bizcocho porque la cena era solamente para dos, y me iba a sobrar. Tampoco quería comprar uno ya hecho. Solución casera: piedras de chocolate hechas con galletas Oreo.
Arg! El acabóse! Los puristas se llevan las manos a la cabeza y los pies! ... pues no sabéis lo bueno que estaba.
Trifle fácil de chocolate y té verde matcha:
Dificultad, así de primeras: facilísimoProbabilidad de complicaciones: mínima. Presentación: mi media mandarina se quedó con la boca abierta. Sabor: especial, por el té matcha. Recetas de inspiración: yo mí me conmigo y Circus Day para la crema
Ingredientes: (2 copas bien llenas) la crema de té va más abajo!
20 galletas Oreo
1 cucharada de mantequilla
2 limas
1 melocotón
medio mango
250 ml. nata para montar
75 gr. azúcar
75 ml. agua
ginebra
PREPARACIÓN:
Triturar las galletas de chocolate con la batidora o a mano, hasta conseguir la textura de polvo o arena. Entonces, derretimos la cucharada de mantequilla y la mezclamos con el polvo de galleta, creando pequeñas rocas con los dedos. Si metemos estas piedras en la nevera se quedarán más sólidas, pero hay que dejar aparte un poco de polvo para decorar al final.
Como adorno sobre la nata, confité varias rodajas de la otra lima. Para hacer esto, sólo hay que preparar un almíbar con la misma cantidad de agua que de azúcar: en cuanto hierva, bajar el fuego e introducir las rodajas de fruta cortadas muy delgadas, dejándolas dentro unos 15 minutos. El almíbar no tiene que oscurecerse cogiendo color de caramelo!
Al pasar ese tiempo, sacar las rodajas de lima del cazo con cuidado, una a una, para que no se amontonen, y colocarlas sobre un plato o superficie de la que luego podamos despegarlas.
Al almíbar sobrante le añadimos un poco de zumo de lima, y un chorrito o chorrazo (al gusto) de ginebra. Y ya podemos empezar a montar nuestro trifle, cogiendo 2 recipientes de cristal. Yo usé dos copas muy grandes de balón que usamos para las bebidas simpáticas y alcohólicas. En el fondo de la copa, colocamos las piedras de galleta de chocolate, y las bañamos con almíbar de lima.
Ingredientes para la CREMA de TÉ VERDE MATCHA:
1 yema grande
10 gr. mantequilla
2 cucharadas de nata montada
80 ml. de leche
1 cucharadita de té verde matcha en polvo
20 gr. azúcar
una cucharadita de harina de maíz o maicena
Esta impresionante crema la he copiado del blog de Caty, Circus Day, y tengo que avisaros de que está buenísima. Tan buena que yo me comí un par de cucharadas y como había hecho sólo cantidades para una yema, no me quedó tanta como para poner 2 capas en el trifle. Así que mejor haced el doble, y os sobrará para rebañar sin remordimiento!
Primero batir la yema, junto al azúcar y la maicena.
Aparte hay que calentar la leche, a la que añadiremos la cucharadita de té en polvo. Importante: aunque sea muy poca cantidad, hay que tamizarlo porque servidora no lo hizo y luego tuvo que usar el batidor levanta-espuma del café para quitar los grumos.
Al primer borboteo, retiramos, batimos para homogeneizar y cubrimos con un papel plástico o film al ras para que no se cree una película más sólida en la superficie. Dejamos enfriar.
Ahora hay que montar la nata, de la cual usaremos 2 cucharadas en la crema de té verde ya enfriada, y el resto para el trifle. Mezclaremos la nata con el té con mucho cuidado, sin batir y con movimientos envolventes hasta que las dos partes se unan, creando una crema brillante y sedosa, de color verde claro y con un dulce sabor a té.
Este es el té matcha que yo tengo.
Lo podéis encontrar en tiendas especializadas
Digresiones aparte, podríais usar también kiwi, para combinar su color verde y el toque cítrico, o melón, o fruta de la pasión, o peras del huerto del tío Ramón.
Después de la fruta, nata montada, otro poco más de fruta, almíbar y coronaremos con más nata, encima de la cual va la lima confitada. Para terminar de darle el punto chic y elegante que abrirá bocas y ojos como platos, espolvorearemos la parte superior con la ralladura azucarada de lima, polvo de galletas oreo y un pellizco de té en polvo matcha.