Artista: Trigémino
Álbum: Trampas Para Engañar
Año: 2008
Dureación: 67:15
Nacionalidad: Argentina
Cuando eran muy muy jóvenes formaron Trigémino, integrado entre otros por Juan "Pollo" Raffo y Claudia Puyó. Eran independientes, salían a pegar afiches con engrudo.
Su estilo se enmarcaba en el denominado rock sinfónico y tuvieron gran aceptación en los años 1970; llegando a tocar en el Luna Park, junto a Litto Nebbia, Moris, Tren Plateado, MAM (con Omar Mollo) y El Reloj. Tocaron en numerosas oportunidades, pero sin grabar ningún disco. Y algún día se les ocurrió enmendar ese error, y no fue tarea fácil, todos los registros que tenían de sus viejas canciones estaban en casettes que les hacían llegar sus antiguos fans. En 2005 hicieron un disco con todo eso y fueron al estudio para grabar las viejas canciones, pero tocando mejor.
En tiempos de hostilidades sociales, Trigémino supo aglutinar a muchxs que necesitábamos de la música para seguir reuniéndonos, nutriéndonos y divertiéndonos entre amigos y fans. Trigémino fue una época y es casi maravilloso que regrese en melodías.Puesta en escena
Trigémino fue y es más que una banda de rock para nosotros. En ese nombre resuenan los nombres de un grupo de jóvenes con quienes compartimos vida en tiempos en los que la calle era hostil. Nos acompañamos, nos protegimos, crecimos juntos. A ell@s está dedicado este álbum.
Lograron desgrabar las canciones y hacer los arreglos de manera bastante fiel, incluso respetando su estilo adolescente de los setentas. "Trampas para engañar" tiene mucho delirio, pero mucha frescura, creatividad y lucidez.
Trigémino supo ver la luz allá por los gloriosos años 70 y como muchísimos grupos de aquellas épocas tuvieron un fugaz pero recordado paso por la escena de rock argentino, cabe mencionar que algunos de sus integrantes luego compondrían la formación de Redd, con quienes grabarian "Cuentos del Subsuelo", pero esta vez la propuesta de Trigémino no caería en saco roto, ya que sus integrantes originales se darían el gustazo de grabar en 2008 aquellas viejas composiciones de los 70, con los recursos técnicos de este siglo, logrando un resultado excepcional, así que de movida, GRACIAS por esa fabulosa idea de recrear aquellas viejas canciones.Mago Alberto
Cabezonas/es, acá van a encontrar rock sinfónico de pura cepa, con un desempeño en teclados y arreglos en guitarra de alto vuelo, basta con escuchar el track que lleva titulo al disco "Trampas para Engañar" para tener una certeza del comentario, y aunque la grabación es superlativa y moderna, no han perdido un gramo de sentimiento setentoso, hagánse a la idea real de que así hubiera sonado este material allá por 1970 si ellos hubieran contado con los recursos técnicos de la actualidad.
Todos los yeites, las melodías, los dulces sonidos de los sintetizadores están acá, en este disco, para dar forma a una vieja postal impresa digitalmente.
Trigémino, pariente cercano de Espiritu, Crucis o La Máquina de Hacer Pájaros, invitado de honor del banquete mas fastuoso del rock progresivo argentino. Súper recontra recomendado. Un número top del catálogo del sello Viajero Inmóvil.Más de un viejo conocedor de las bandas de antaño se van a llevar una SORPRESOTA con este material.
Y ahora quiero entregar una reseña muy personal del querido Quique Quagliano, del programa radial Gigantes Gentiles, que me parece muy humana y cercana e íntima.
Trampas para engañar, de Trigémino, y una larga espera que terminaQuique Quagliano
Estoy escuchando en Bandcamp, "Trampas para engañar", el postergado y largamente esperado trabajo de la banda Trigémino.
Me trae una catarata de recuerdos maravillosos... de una época genial. No puedo, y espero que Carlos, Juan, Jorge y Marco me permitan el atrevimiento, dejar de hacer mía la experiencia de Trigémino, como oyente y fana de la banda, la que creo fue una de las mejores de su tiempo. Por talento, por creatividad y por buena gente, también. Me vienen a la memoria los buenos momentos con ellos.
Luego, la vida me llevó lejos de Baires y de la música, pero siempre los tuve en mi memoria y afecto. De hecho, han estado en varias ocasiones presentes en el programa, primero desde grabaciones encontradas, luego por la amabilidad de Esteban Cerioni, primero desde su Reddland y luego desde el doble en vivo de Redd pude rescatarlos y a mi manera, mantenerlos presentes desde la radio.
Guardo muchos, momentos increíbles y maravillosos de nuestros encuentros: los conciertos tan explosivos y divertidos, los ensayos en la casa de Marco, mis clases de guitarra con Carlos, aquella cortada de Marco al final de la suite, cuando rompía la botella con un martillo (mirá vos el recuerdo... qué loco), la despedida en Retiro cuando el tren los llevaba a Tucumán junto a Irreal y Redd...
Luego con los años, tuve la fortuna de cruzarme de diferentes modos. Carlos recibiéndome tan amistosamente en su casa, Marco en Bahía Blanca de gira con Baglietto en el '82, Jorge haciéndome llegar su trabajo solista, el Pollo brindándome su efecto y sapiencia en una entrevista en el programa. Claro que he seguido sus carreras, pero hay momentos muy especiales también.
Celebro la salida de este disco y la decisión de Felipe Surkan de editarlo. Nos merecíamos esto. La música merecía esto.
Así que, gracias, muchachos. Todo el esfuerzo valió la pena. Nos han hecho mucho bien a muchos.
Y por favor, no pidan links de descarga, y si lo encuentran que sea para disfrutar el disco hasta que se lo compren. El disco se puede conseguir por el espacio de Viajero Inmóvil Records, lo pueden escuchar o comprar en digital desde aquí, pero también tienen la opción de comprar el CD físico escribiendo a info@viajeroinmovil.com. Y los invito a revisar el catálogo completo de dicho sello porque tiene exquisiteces más que interesantes.
Espero les guste el disco, lo compren y apoyen a toda esta movida, que tenemos que apoyar.
Y este disco tiene la especial característica que las reseñas que le hicieron son tremendas, no solo por los aspectos técnicos y las limpieza de la descripción, sino porque se nota que esto ha tocado las fibras emocionales de quienes compartieron sus impresiones con las siguientes palabras.
No me atrevo a hacer mucha descripción con semejantes reviews, y como primera medida lo traemos a nuestro eterno comentarista involuntario de siempre...
Hoy tenemos una ocasión muy especial, que es la de TRIGÉMINO, grupo argentino que en su momento (entre fines de los 70s e inicios de los 80s) llevó en sus manos la antorcha del ideal del rock progresivo en la escena de su país pero con la mala fortuna de no haber podido registrar nada en el mercado fonográfico durante su periodo de vigencia. Pues bueno, el cuarteto original, conformado por Carlos Garófalo [bajo, guitarras, sitar, percusión y voz principal], Jorge Minissale [guitarras, percusión y coros], Marco Tulio Pusineri [batería, percusión y coros] y Juan “Pollo” Raffo [teclados, percusión y coros], se congregó en algún día del año 2005 en unos estudios de grabación para recrear y registrar varios temas viejos de su repertorio, usando incluso los mismos instrumentos de esa época. En fin, el sello Viajero Inmóvil publicó el resultado de aquellas sesiones de grabación en el último tercio de diciembre del pasado año 2018, bajo el título de “Trampas Para Engañar”. Aunque a lo largo de su historia el grupo tuvo algunos cambios de integrantes (por ejemplo, el exbajista de REDD Esteban Cerioni tocó aquí tras la partida de Raffo, lo cual llevó a Garófalo a hacerse cargo de los teclados), el tetraedro de Garófalo, Minissale, Pusineri y Raffo (hoy por hoy, una figura destacada del jazz-fusión contemporáneo de su país) es el que clásicamente define a TRIGÉMINO. En su tiempo, a pesar de tener cierta recepción en la prensa musical y una hinchada fiel en parte del público rockero aún receptivo al ideal progresivo, nunca logró concretar un contrato de grabación. Bueno, tal como señalamos antes, esto cambió; pasemos ahora a los detalles de esta cuenta saldada con el tramposo y antojadizo destino por estos cuatro grossos.César Inca
Estableciendo un muy inspirado ejercicio sinfónico con algunos matices pastorales que emergen por allí en ciertas ocasiones puntuales, ‘Sacrilegio En El Parque Juglar’ abre el álbum envuelto por una cálida confluencia de señorial altivez, caleidoscópico y reflexivas vibraciones. Las cadencias ceremoniosas de la sección prologar son sucedidas por una irresistible magia melódica que bebe de las aguas de YES y GENESIS (mayormente, de los primeros) mientras transita fluidamente a través de las diversas secciones. Entre ellas se incluye un solemne pasaje dominado por el piano, el cual prepara el terreno para la emergencia decisiva del clímax final. La suite de casi 32 minutos de duración con la que se titula este disco es un momento particularmente magnífico dentro del repertorio. Hay seis secciones contenidas aquí, cada una de ellas con su propio título: ‘Preludio En Blanco Y Negro’; ‘A Quién Le Sobra Un Despertador’; ‘Donde Todo Es Realidad’; ‘Donde Las Ceremonias Son Juegos’; ‘Donde Los Juegos Son Ceremonias’; ‘Final – Trampas Para Engañar’. La primera sección es un solo de piano que tiene raíces claramente fusionescas (incluyendo algunos coqueteos con el jazz tradicional), hasta que un breve fraseo manierista abre el camino para que el ensamble entre en pleno para que instaure un muy enérgico ejercicio de fluctuaciones entre los paradigmas de YES, EMERSON, LAKE & PALMER y GREENSLADE... y de paso, también los connacionales de M.I.A. La vitalidad inherente al motif se arma bajo la guía principal de la guitarra mientras el sintetizador añade pertinentes retazos a los recovecos melódicos en curso; también hay unas breves irrupciones de estrambóticos arreglos vocales, lo cual tiene sentido porque varios pasajes instrumentales ostentan joviales aires circenses. Un tercer momento se traza bajo pautas introspectivas en medio del reinado de las guitarras acústicas y el sitar: el sintetizador entra a tallar para añadir capas cósmicas creadas con suma estilización. En algún momento, la gente de TRIGÉMINO ha gestado un punto intermedio entre el modelo del folk-rock de su propio país y LE ORME, y tras un largo espacio destinado a la elaboración de climas lánguidos, este pasaje adquirirá un groove más movido en nombre de una conmovedora luminosidad bucólica. A poco de pasada la barrera del minuto 15 irrumpe una sección rockera sobre un tempo marcial que apela a un candor melódico muy afín a los legados de ESPÍRITU y M.I.A. Un poco más adelante, la cosa se pondrá un poco más osada con el empleo de tensos juegos disonantes y arreglos vocales farsescos en alternancia con otros pasajes jazz-fusionescos (esto últimos, inicialmente bajo la guía del piano eléctrico). Cuando el ensamble completo vuelve a encender una hoguera común extrovertida, la confluencia de lo jazzero y lo sinfónico se sitúa en una expresividad alborozada y fúlgida. La sección final comienza con unos juegos concretos percusivos que pronto aterrizan en un clima tribal de inspiración afro-brasileña: así las cosas, la preservación de la precedente hibridización de jazz-rock y sinfonismo adquiere una renovada musculatura. El epílogo cantado redondea los pasajes más reflexivos de la suite, esta vez arropándolos bajo un clima sónico majestuoso.
La suite homónima que acabamos de dejar atrás está diseñada para constituir un punto decisivamente álgido dentro del repertorio general de este disco, mas eso no significa que lo que sigue pase a un segundo plano: por el contrario, ‘Flan’ es una excelsa canción que se caracteriza por desplegar las dosis más contundentes de energía expresiva a los ambiciosos desarrollos melódicos diseñados para la ocasión. Aquí opera la lógica de la ortodoxia prog-sinfónica bajo los signos Yessiano y Genesiano tanto en el tipo de atmósferas que evocan los motivos melódicos que se van sucediendo como en la magnificencia intrínseca a los arreglos instrumentales: fluidos diálogos entre guitarra y sintetizador que se trasladan con igual claridad en los juegos al unísono y en los contrapuntos, protocolarios armazones melódicos del bajo, potentes explayamientos de la batería que ayudan a las rutilantes orquestaciones de los teclados para proyectar una sólida majestuosidad al íntegro espectro sonoro. En este tercer número del repertorio, la gente de TRIGÉMINO luce con ostentoso orgulloso su capacidad de operar como una unidad compacta dentro de una meticulosa estrategia de explayamientos extrovertidos. Los últimos 17 ¾ minutos (o casi) del disco están ocupados por ‘Desayunando Con Pepe Rayo’. Tras unos efectos de sonido de gente agrupada en un tumulto emerge el motivo inicial, el cual refleja un aura parsimoniosa bajo la guía dual del piano y la primera guitarra. El largo prólogo se extiende por más de tres minutos antes de que el matrimonio de sintetizado y guitarra, ornamentado por el clavinet, anuncie el inminente arribo de una sección un tanto densa donde la fiereza de los riffs de guitarra y el empleo de un arrastrado groove de la batería se conjugan en un retrato de claroscura expectativa. Dicha expectativa no dura mucho pues pronto surge un nuevo motivo, esta vez impregnado de vibraciones cálidas, las cuales llegarán en algún momento a ahondarse por vía del armado de un pasaje acústico de talante trovador. Otro nuevo pasaje nos devuelve al típico esplendor sinfónico adornado con ciertos recursos agresivos; en este momento hallamos un hermoso solo de órgano que sentimos demasiado breve, así como otro solo de sintetizador que se da mañana para encontrar espacios en medio de los solos de guitarra. A poco de pasada la barrera del décimo tercer minuto, el grupo se embarca en un interludio muy dinámico donde el factor jazz-rockero vuelve a adquirir notoria relevancia. En fin, el último pasaje refleja un aura parsimoniosa y señorial típicamente sinfónica, a medio camino entre lo dramático y lo hidalgo: la nota final del bloque instrumental, en unísono con la del canto, queda abierta al horizonte mientras nuestras mentes empiezan a hacerse a la idea de que este bellísimo disco llegó a su conclusión.
Es toda una labor de amor sincero y profundo al arte es crear esta música y aferrarse a ella como un sueño que se resiste a morir; también es toda una labor de gratitud la que realiza el oyente cuando se toma su tiempo para apreciar esta bella música desde su más genuino embrujo. La propuesta musical de TRIGÉMINO era antes un tesoro perdido dentro de la historia del rock progresivo argentino de primera generación, pero ahora, con la publicación de este CD “Trampas Para Engañar”, queda asentada como un referente esencial para el rock argentino. Aunque la edición de este material es, técnicamente hablando, extemporánea, los esquemas musicales plasmadas en ella muestran orgullosamente su intemporal encanto dispuesto a embrujar perennemente a los ávidos amantes de la idea del rock hecho arte. ¡Gracias por cientos de miles a los magistrales Carlos, Jorge, Marco Tulio y Juan por reavivar esto dentro de un ítem concreto!
Pero no es el único a quien le fascinó este disco (habrá alguien a quien no le haya gustado???) así que aquí pueden disfrutar de más puntos de vista mientras escuchan la maravillosa música producida por estos fabulosos músicos...
Trigémino fue una banda argentina que tuvo su momento de actividad en plena explosión creativa del progresivo porteño, entre 1976 y 1981. Imagino que como pasa en todas partes, muchos de aquellos grupos se han quedado en el limbo por no tener un testimonio oficial grabado de la época. Que se lo pregunten a nuestro compañero Alberto Torro......cuánto daríamos por tener un vinilo de Zingermaz / Audrey, (pude verlos en vivo en los 70, y aseguro que el prog español se perdió un gran álbum).J. J. Iglesias
Nuestros argentinos se dieron una segunda oportunidad en 2005. La formación original entraba al estudio para rescatar los temas de su etapa más memorable, con la instrumentación y sonido más fidedigno de la época. Así pues, Carlos Garofalo (cantante solista, bajo, guitarras, sitar, percusión), Jorge Minissale (guitarras, percusión, voz), Marco Tulio Pusineri (batería, percusión, voz), y Juan "Pollo" Raffo (teclados, percusión, voz), reúnen Trigémino para plasmar aquellas inolvidables composiciones de juventud. Y los especialistas en el prog argentino, Viajero Inmóvil (su vasto catálogo es envidiable), se encargan de editarlo, al fin, en 2018.
Pusineri y Raffo habían estado en los finales 70 en otros históricos, Redd. Con los que grabaron el segundo e inédito álbum de éstos, "Cuentos del Subsuelo", luego reeditado en cd. Prueba clara de la alta calidad de Trigémino. Que persiste hasta nuestros días escuchando las primeras notas de "Ceremonia en el Parque Juglar"(8'37), con un sonido deudor del Yes más clásico. Si se podía albergar alguna duda sobre la fiabilidad sonora al tiempo en que se creó, es borrada de inmediato. Sobresale una fiel arquitectura teclistica de superlativa analogía. Voces altamente cuidadas apoyadas en armonías multitonales. Ritmo musculado y compacto, guitarras que cuidan el más mínimo detalle y piano / Hammond en constante homenaje a Tony Banks. Sinfonismo argentino en su más purista naturaleza.
"Trampas Para Engañar" (31'52) es una macro-suite con seis partes divididas y tituladas, que podría ser un álbum en sí. Toda la densidad argumental y artística del grupo en un torrente contínuo de cambios, no alejados de Gentle Giant. Continúan en formato dadaista vocal casi Zappa, descansan en remansos acústico - hindúes con el sitar......Hasta que la agradable fluidez vocal de Carlos Garofalo introduce el tema con cadencias muy hippie - orientales. Realmente esto suena muy 70s. Vuelven los guiños a Yes y la pomposidad instrumental, que también entra en dominios de Kansas. Es una mezcla killer que funciona y magnetiza. Un no parar de exposición artística febril, llena de cambios y personal forma de asumirlos, como argentinos que son. Una composición extenuante, pero como todo lo que gusta en demasía, si viene por aludes, bienvenido sea, (otros lo llaman "pecado" o "ilegal").
La solemnidad de "Flan"(9'04) toma influencias Tull para adaptarlas al rico patrimonio de ésta excelente banda resucitada. Otra fiesta de moogs efervescentes y sinfonismos sin complejos, como debe ser. Con letras muy interesantes, llenas de reflexión, y de escucha muy atenta.
"Desayunando con Pepe Rayo" (17'42) es un monstruoso final que no da tregua ni un segundo, en éste extenso y aprovechable álbum. Aconsejo escuchar la super - suite, y en otro momento el resto. Porque de verdad que hay mucha materia y de primer orden, para asimilar aquí. Trigémino estaba al nivel de Espíritu, Crucis, Redd, Alas, La Máquina de Hacer Pájaros, Mia, Tantor, Bubu, Ave Rock, Pablo El Enterrador y todos los grandes clásicos del progresivo argentino. Aunque tarde, al menos ahora pueden dar constancia de su grandeza. También los numerosos testimonios que se pueden leer en la red, de los que pudieron verlos en los 70.
Un honor que la banda se pusiera en contacto con Rockliquias para hacernos saber de su existencia. Son los detalles que animan a seguir escribiendo sobre buena música. Y la de Trigémino es una obra de arte.
Y para cerrar, cierro esta entrada con una entrevista del gran Alfredo Rosso en febrero de 1979 para "El Expreso Imaginario", para poner la cereza de la torta... realmente no tiene desperdicio, hablan del concepto del disco, de su historia, del mercado de la música, en fin, leánlo por favor.
Trigémino: Los Juegos y las CeremoniasAlfredo Rosso
No es muy común encontrar entre los grupos que han surgido últimamente en el panorama nacional un conjunto con una personalidad definida musical y temáticamente como la de Trigémino.
Una tarde de enero tres de sus integrantes, Jorge Minissale (guitarrista) Pollo Raffo (teclados) y Marco Pusineri (batería) se acercaron hasta la redacción para charlar un rato sobre lo que estaban haciendo. El cuarto integrante, Carlos Garófalo (bajo y cantante) se encontraba gozando de la dulce brisa atlántica en Gesell, así que redactor y músicos lo envidiamos horriblemente y acto seguido nos largamos a la parla, matizada por chistes, anécdotas y hasta una demostración práctica de un ejercicio polirrítmico-vocal que dejó anonadado a vuestro escriba. Desgraciadamente, hubo que dejar varias cosas afuera por cuestiones de espacio, pero creo que el remanente es jugoso. Bah! Opinen ustedes?
Trigémino se formó en septiembre del 75. Al principio era puro afanos a Emerson, Lake & palmer, temas sin letras, unidos con alfileres. Hasta que un día nos impusimos la conciencia de hacer algo compositivamente más estructurado, agarrar un tema, desarrollarlo, darle forma, un clima, un final.
Después de varios cambios de formación se asentó el cuarteto actual y empezamos a hacer recitales. El año pasado tocamos dos veces en la sala F.E.C. y otras dos veces en Ramos Mejía, todo organizado a pulmón, por supuesto, y hasta aparecimos en televisión. No era un gran programa pero fue una experiencia nueva y muy importante para nosotros.
¿Cómo se ve el grupo moviéndose en un medio tan difícil como el del rock nacional hoy en día?
Mirá, es bravo, pero no nos vamos a separar, de puro cabeza dura que somos, por más falta de guita o dificultades que surjan. Porque todo el mundo parece hacer lo mismo: cuando se las ve un poco difícil ¡Chau! Cada uno por su lado y a otra coas. Nosotros—como todos los grupos nuevos—conocemos la de pegar carteles, tocar con equipos ajenos, etc., etc., y ahora que hemos podido comprar instrumental como para poder sonar bien no nos vamos a ir al mazo. Es muy difícil salir a flote acá pero cuando lo lográs tiene ese gustito a victoria que no se da en el caso de los grupos "fabricados" por un productor.
Esa voluntad de seguir demuestra que le siguen teniendo fe al rock como medio de expresión?
Mirá, la única justificación de que exista es que continúe siendo un medio de expresión. Nosotros no intentamos hacer proselitismo, simplemente mostrar nuestras cosas y ver cuánta gente se prende. Por supuesto que seguimos creyendo en el rock como movimiento. Mientras haya gente que se movilice, mientras haya una revista.
El problema es que hoy los chicos están muy confundidos. Los medios de comunicación confunden todo. Te ponen a los Bee Gees al lado de Genesis o Emerson. Los pibes no saben para donde agarrar, si ir a ver "Fiebre de Sábado por la Noche" o "La canción es la Misma".
Por eso, si hay un tipo que tiene la manija con la gente (sea músico, productor, etc.) como para poder abrirles la cabeza y no lo hace es porque es un imbécil o porque el tipo está muy cómodo en la suya. Esta gente es nuy peligrosa. Hay que tener cuidado con los ídolos.
En Trigémino se notan las ganas de comunicar contenidos...
Sin ánimo de compararnos con nadie, creo que eso le ha ocurrido a todos los músicos desde Bach hasta ahora.
Los artistas sienten una especie de llamado interior que los mueva a hacer cosas y a no parar. ¡Es un parto tras otro! Se sabe de gente que para hacer algo coherente se ha pasado meses y meses de sudar sangre. Pero los tipos lo lograron. Para llegar a ese orgasmo final que es decir: "Bueno, escuchen, yo hice esto", vos te jugás entero.
La lucha es dura pero a la vez reconforta. Sentir el reconocimiento de la gente que nos vino a ver a la F.E.C., por ejemplo, te da más fuerzas para seguir. Pero aún si nos ignorasen seguiríamos luchando, porque pensamos que esa es la verdadera función del artista y de toda persona que piensa un poco.
Cuéntenos un poco los planes de Trigémino para el 79.
Para este año tenemos planeada una obra... ¿se puede decir? bueno, ma si, "conceptual" (risas)
Decidimos encarar un método distinto de composición que vamos a volcar en esta obra. Primero hacemos toda una elaboración de palabra’ de la pieza, por ejemplo, que tenga determinados elementos, tal estructura, tal forma y que termine de tal manera. Después ahí agregamos los elementos musicales, las notas.
Sobre esa base dividimos la composición, es decir, construímos una misma idea literaria dividiéndola en movimientos musicales estilísticamente diferentes.
La trama es un poco extraña. La resumimos en dos frases: "TODOS LAS CEREMONIAS SON JUEGOS Y TODOS LOS JUEGOS SON CEREMONIAS".
Tiramos la onda de que todas las actividades del hombre que tienen un marco de excesivo formalismo o pomposidad, todo eso que en su origen comenzó como una cosa ceremonial y espiritual, debido a la tradición o a la repetición por inercia se convirtieron en algo maquinal, se han transformado en realidad en un juego.
Por jugar con la forma han perdido el contenido...
Claro, al final es un jueguito. Y también se aplica a otras cosas. El levantarte una mina es un juego. Ya sabés que te va a decir, qué vas a hacer, donde vas a ir y en que vas a terminar ¡Ya está todo programado!
El otro principio argumental de la obra vendría a ser que todas las actividades que en apariencia son juegos, el acto del amor, las cosas más simples y cotidianas como tomarte un mate con los amigos, al tener una tremenda carga espiritual, porque son las cosas donde más vos te volcás, adquieren el carácter de ceremonia, de cosa religiosa.
Tenemos ya todos los temas musicales de cada parte pero no están desarrollados todavía. La obra empieza con un solo de piano cortito, improvisado y bien jazzero y se engancha con el primer movimiento, que es instrumental y tiene cierta "picardía".
Generalmente un grupo está siempre muy tenso, muy solemne, entonces nosotros vamos a hacer algo bien "farsa", con melodías ridículas en algunas partes, metiendo además voces medio raras y un fondo de marcha.
El segundo movimiento es acústico. Lo vamos a estructurar con una viola acústica, un bongó y un aparato que inventó nuestro bajista, Carlos, que es una especie de sitar hecho con la base de una viola criolla, no me preguntes cómo lo hizo, le metió cuerdas eléctricas, que se yo (risas).
Bueno, está el fragmento acústico y luego viene una parábola cantada, una apertura positiva del problema.
El tercer movimiento es una cosa entra jazzera y malambesca, por llamarla de alguna manera. Ahí hablamos de las ceremonias que se convierten en juegos.
El cuarto movimiento es un candombe y ahí vamos a hablar de los juegos que son ceremonias, en contraposición a lo anterior. En esta parte vamos a poner mucha percusión. Va a quedar la batería como fondo y los demas también vamos a hacer percusión en una onda marcadamente latina, que llegue, que pegue, que tenga vitalidad. Vamos a tocar desde timbaletas hasta latitas, pitos, cornetas. Con decirte que estamos haciendo nosotros mismos varios instrumentos de percusión.
También queremos hacer una escenografía acorde, con decorados, ropas, etc.
Bueno, la obra termina con el alegato final, que es bastante dramático: ‘Estoy tejiendo trampas para engañar’ es la frase última, repetida varias veces.
Otro detalle sugestivo de Trigémino es los simbolismos peculiares de sus letras llenas de juglares, fábulas, reinos mitológicos, etc. ¿De dónde vienen esas imágenes?
Bueno, mirá, Carlitos tira mucho hacia ese lado. El es un tipo de esos que te dicen "tomá mi corazón, usalo y después me lo devolvés". El trajo al grupo una onda muy tranquila, muy pacífica y tal vez le dió esa onda llena de simbolismos, de cosas de fábula. ¿¡A quién no le gustan las fábulas!?
¡Ya lo creo! nos traen cosas de la infancia.
Lo que pasa es que después los temas se transforman y lo que podría haber sido una fábula rosa se vuelve una fábula roja… de sangre. En "El Doble Filo del Hacha del Verdugo" el personaje es un trovador que vive muy tranquilo en el bosque hasta que un día el rey de la comarca, asesorado por Cristóbolo (el típico mago maléfico) lo manda a buscar con las fuerzas reales para que el trovador haga de bufón en su corte. El trovador se niega y hay una parte de la letra que dice: "no señor, yo no quiero ser el bufón de un gordo inútil que necesita del llanto para ser feliz". Porque vos viste lo que es un bufón: un tipo que no tiene aspiraciones de nada, está ahí en el reino como un fracasado. De modo que el trovador decide suicidarse antes de que lo usen.
Ustedes ya tienen un buen número de temas compuestos, además de la obra nueva. ¿Hay algo planeado con respecto a grabaciones?
Mirá, tenemos planeado hacer una cinta pero no estamos desesperados. Queremos ir despacio, grabar una muestra y ofrecerla a las grabadoras. Pero no pensamos "encanarnos" con un contrato leonino de cinco años ni nada por el estilo.
Como ya dije, pueden escuchar el disco desde el video, o desde el espacio de Viajero Inmóvil Records en Bandcamp, y sobretodo pueden hacerse con el disco aportando una pequeña cantidad de dinero para apoyar y tener el disco en formato digital. También lo pueden tener en formato fisico, pero ya comenté adonde tienen que escribir, no me hagan hablar de más, que hay demasiada música para escuchar como para perder tiempo!
https://viajeroinmovilrecords.bandcamp.com/album/trig-mino-trampas-para-enga-ar-2008
Que lo disfruten!!! esto es un regalo para el alma!!
Lista de Temas:
1 - Ceremonia en el Parque Juglar -
2 - Trampas para engañar -
I. Preludio en Blanco y Negro
II. ¿A Quién le Sobra un Despertador?
III. Donde Todo es Realidad
IV. Donde las Ceremonias son Juegos
V. Donde los Juegos son Ceremonias
VI. Final - Trampas para Engañar
3 - Flan -
4 - Desayunando con Pepe Rayo -
Alineación:
- Carlos Garofalo / cantante solista, bajo, guitarras, sitar, percusión
- Jorge Minissale / guitarras, percusión, voz
- Marco Tulio Pusineri / batería, percusión, voz
- Juan "Pollo" Raffo / teclados, percusión, voz