Trilogía del Baztán

Publicado el 02 enero 2015 por Ojolector @elojolector

1. El guardián invisible: "Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal." En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás.La inspectora de la sección de homicidios dela Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado dehuir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte.

2. Legado en los huesos: El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: "Tarttalo". Esa sola palabra que remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.

3. Ofrenda a la tormenta: Ha pasado ya un mes desde que la inspectora de la Policía Foral recuperó a su hijo y pudo detener a Berasategui. Pero a pesar de que tanto la Guardia Civil como el juez Markina dan por muerta a Rosario, Amaia siente que no está libre de peligro, un desasosiego que sólo Jonan comprende.La muerte súbita de una niña en Elizondo resulta sospechosa: el bebé tiene unas marcas rojizas en el rostro que indican que ha habido presión digital, y además, su padre intenta llevarse el cadáver. La bisabuela de la pequeña sostiene que la tragedia es obra de Inguma, el demonio que inmoviliza a los durmientes, se bebe su aliento y les arrebata la vida durante el sueño. Pero serán los análisis forenses del doctor San Martín los que convencen a AmaiaSalazar de investigar otras muertes de bebés, que pronto revelarán un rastro inaudito en el valle.Berasategui muere, entonces, inexplicablemente en su celda, lo que despliega una trepidanteinvestigación que llevará a Amaia al auténtico origen de los sucesos que han asolado el valle de Baztán.Y mientras, desde el bosque, una impresionante tormenta llega para sepultar la verdad más demoledora.

Recuerdo que, el año pasado por estas fechas, estaba con mi pareja en plena discusión sobre el destino de nuestras vacaciones de verano. Por lo general, siempre vamos al norte de España, por lo que era prácticamente normal que Navarra fuera uno de los destinos que podíamos elegir. Yo había estado en el año 2000 y mi experiencia no fue muy buena, la verdad. Supongo que, con 18 años, y conociéndome a mí con esa edad (lo más importante), un pueblo perdido cerca de la frontera con Francia era lo menos excitante del mundo. Pero bueno, los años pasan, creces, hacen sobre el pueblo y sus brujas una película y, lo más importante, te acuerdas del verde. De lo verde que era Navarra... Y, entre una cosa y otra, nos decantamos por visitarla. Todo un acierto, he de decir.

Por otra parte, yo sabía que había una Dolores Redondo que escribía libros, pero, la verdad, no le echaba mucho caso. No sabía de qué iban sus novelas, donde se desarrollaban y menos que fuera la autora de una trilogía. Ya me conocéis; si hubiera sabido que se trataba de una, quizás, hubiera ido tras ella como pollo sin cabeza.

No obstante, -cosas que pasan-, apenas unas semanas antes de hacer las maletas para irnos a nuestra aventura navarra, sin más motivo que el destino, supongo, empecé a leer El guardián invisible, e imaginad la sorpresa que supuso para mí que se desarrollara en Navarra y que fuera a tener, por consiguiente, en pocas semanas, la oportunidad de visitar los lugares sobre los que estaba leyendo. Fue como tocar una patita de conejo. ¡Triunfé!

Supongo que mi relación con las novelas de Dolores Redondo siempre estuvo marcada por el factor sorpresa. Fue una sorpresa encantadora que se desarrollaran en mi próximo destino vacacional, pero lo fue aún más la propia temática de los libros. Por lo que yo había escuchado por ahí, pensaba que las novelas eran una especie de refrito a la española de libros del estilo de los de Camilla Läckberg: es decir, crímenes, novela negra y mucho frío. A mí, los libros de ese tipo no me van excesivamente, por eso, quizás, esquivaba deliberadamente los libros de Redondo. Sin embargo, solo basta leer algunas páginas de El guardián invisible para darse cuenta de que los libros de esta escritora van mucho más allá de todo eso: hay crímenes, horror, sangre, frío (aunque más que frío, humedad) y misterio, sí. Sin embargo, lo más importante, y supongo que eso es lo que hace que esta Trilogía del Baztán sea tan increíble, es el universo mágico, casi paranormal, que otorga el propio hecho de que se desarrollen en Navarra.

Hace algunas semanas, una gran amiga me comentaba que estaba leyendo El guardían invisible, y que se acordaba de mis fotos publicadas en Facebook de esos maravillosos días que pasamos en Navarra, recorriendo sus ríos, montañas, gargantas y bosques. Supongo que ese viaje supuso que en mí hayan calado tan hondo estos libros. Solo sumergiéndote en lugares tan magníficos como la Selva de Irati o el Nacedero del Urederra, puedes participar de toda la magia y el potencial como lugar formidable para una historia como la de Redondo. ¡Maravillosa tierra Navarra!

Gracias al inmejorable entorno, la Trilogía del Baztán está compuesta por tres formidables novelas de crímenes y misterio, que conectan directamente con el excelso folclore de la zona y lo sobrenatural. Aunque no son novelas de terror, he llegado a sentir un miedo bastante real al leerlas. Aunque Redondo se apoya, como os comento, en lo mágico y en el folclore vasco, también ahonda en otros aspectos de la psique humana que me han llamado mucho la atención (y aterrorizado). Es el caso, por ejemplo, de la relación materno-filial que se desarrolla entre la protagonista y su madre. Algunos pasajes al respecto, la manera en que la autora desarrolla el tema, pone los pelos de punta, y no desde el punto de vista del drama. Espanta de horror.

En general, los libros son espléndidos, enganchan mogollón y son muy interesantes, así, que le he otorgado las cinco estrellazas que creo que se merecen. No obstante, he de decir que, aunque el último libro (Ofrenda a la Tormenta) es igual de adictivo y absorbente que el resto, es un tanto decepcionante. No eran Lost, pero si es cierto que, a lo largo de los libros, se habían dejado muchos cabos sueltos que, lamentablemente, no se han podido cerrar -por lo menos, no a la altura de lo que la trilogía se merece- en la última entrega. Os pongo de manera oculta, algunos aspectos que me han defraudado:

Ver spoiler "

A pesar de todo, creo que son libros imprescindibles. Además, ya tenéis la trilogía completa, para que nada os corte el rollo... ¡A qué esperáis!