1. Alguien que no soy: Alba es periodista de vocación, es soltera y sobrevive en Lavapiés. Alba pierde su empleo, pero Gabi le consigue una entrevista. Alba ahora es secretaria y se siente frustrada. En su primer día de trabajo cruza la mirada con un hombre en el metro. Ese hombre es Hugo. Sexy, provocador y horriblemente deseable. También conocerá a Nicolás, enigmático e inquietantemente atractivo. Y...todo se complica cuando Hugo y Nico le proponen un juego... Mi elección I Después del éxito de las sagas Valeria y Silvia, con más de 100.000 ejemplares vendidos, Elísabet Benavent regresa con más fuerza que nunca para ofrecerte un triángulo amoroso eléctrico, una trilogía que te hará temblar y que te agitará hasta la locura. Tú eliges. ¿Quieres jugar? Divertida, desenfadada, abierta, sexual, arriesgada, enérgica, Alguien que no soy, la primera entrega de Mi elección, es puro fuego y placer para los sentidos.
2. Alguien como tú: Alba se siente culpable. No sabe cómo actuar. Hugo y Nicolás se han volatizado y no puede imaginar su vida sin ellos. Alba se refugia en su estudio, no quiere ver a nadie. Alba empieza a beber para desconectar hasta que Hugo la libera de su culpa. Falta Nico para cerrar el círculo y que todo vuelva a ser como antes. Pero Nico es tozudo, Hugo duda y Alba no quiere tirar la toalla. Después del éxito de las sagas Valeria y Silvia, con más de 100.000 ejemplares vendidos, Elísabet Benavent regresa con más fuerza que nunca para hablarte del amor en estado puro, de la atracción entre opuestos y de la necesidad de olvidar los prejuicios para simplemente amar. ¿Quieres seguir jugando? Sugerente, emotiva, física, mental, Alguien como tú, la segunda entrega de Mi elección te hará arder en deseo... Acelerará tu corazón.
3. Alguien como yo: Alba ha recuperado a Nico y se ha alejado de Hugo, que se ha cansado de jugar. Alba intenta que su relación con Nico funcione. Alba echa de menos a Hugo y tiene que fingir normalidad porque trabajan juntos. Alba piensa en Nueva York y decide ser ella misma la noche de fin de año.
Hace mucho, muchísimo tiempo, leí una novela que no me gustó para nada y que, por suerte o por desgracia, hizo que de alguna manera le hiciera la cruz a su autora. El libro en cuestión era Pídeme lo que quieras; la autora, Megan Maxwell. Por entonces, yo leía mucha literatura erótica, pues era el boom de las pseudocopias de Cincuenta sombras, y parecía que todo el mundo quería subirse al carro del sado. No las culpo, pero, al final, me empaché de tanto cuero y tantas manos atadas al cabecero... Es lo que tiene.
Pídeme lo que quieras no se desarrollaba en la esfera del BDSM. Era una especie de vuelta de tuerca en plan no-querías-caldo-pues-toma-dos-tazas. Se internaba en el mundo de los cambios de pareja, tríos, locales propicios a estos efectos, de una manera un tanto sórdida. No lo sé, yo tenía el estómago y la vista hecha a este tipo de historias, pero la forma de abordar el tema de la autora, me puso los pelos de punta. No empaticé nada, y me espantó. Por eso, cuando descubrí que la nuevos libros de Elísabet Benavent iban acerca de tríos y de relaciones abiertas, me eché a temblar.
Ya sabéis que soy muy fan de Elísabet, y que, en este blog, todo son halagos y piropos hacia a ella. Según mi punto de vista, cuenta con una manera muy fresca de escribir, es divertida, y tiene una verborrea mental que engancha desde principio a fin. También, es capaz de hacer que sus libros trasciendan más allá de la típica novelita de . Es como una Marian Keyes a la española (con sus diferencias, claro). Puede conjugar historias desternillantes y sexo a granel, con tramas más íntimas y dramáticas; algo que le da muchísimo empaque a sus libros, según mi punto de vista.
Así que como no puede ser de otra manera, en cuanto empecé a leer Alguien que no soy, el primer libro de esta trilogía llamada Mi elección, supe que la novela me iba a gustar. Sobre todo porque sabía que no se trataría el tema desde el punto de vista del puro morbo, sino que se ahondaría en los porqués, en los asuntos morales que todo ello conllevaba, y que se llevaría todo (y esto es lo más importante) al plano de los sentimientos.
¿Es posible enamorarse de dos personas a la vez? ¿Mantener una relación con dos personas a la vez, dentro de una pareja de tres? ¿Es posible llevarlo a buen puerto? Sobre estos temas trata este trilogía. Hay mucho sexo, sobre todo en el primer libro, donde Benavent, con cierta elegancia, te describe a la perfección como dos chicos pueden montárselo con una chica a la vez. Todo es muy... interesante... Los personajes, son muy parecidos a los de otras novelas de la autora: chica alocada pero muy chic, chicos macizorros, amigas a los Spice Girl... En definitiva: sexo, chicos guapos, cosas de chicas... Ingredientes que nos encantan, ¿no es verdad?
Sin embargo, no puedo decir que Mi elección sea la mejor saga de la Elísabet Benavent. Quizás, sea la peor, y lo digo con la boca pequeña; apenas tiene tres sagas; estadísticamente es normal que esto ocurra. No digo que la trilogía sea mala, que no haya que leerla y demás. Simplemente, no es la mejor de sus historias, pero sin duda es muchísimo mejor que mucho de lo que hemos venido leyendo por aquí.
Muchas críticas hacen hincapié en el desigual ritmo entre novelas. El primer libro es genial; creo que en eso estamos todos de acuerdo: mucho sexo, mucho por descubrir, mucha acción y mucho buenorro en cueros. En el resto de libros, se deja un tanto atrás el aquí-te-pillo-aquí-te-mato para centrarnos en una historia mucho más romántica, donde el mundo interior de cada personaje toma mucha fuerza. A ver, también me gusta el mete-y-saca, como a todas, y también considero que Benavent se pasa un poco con el modo reflexión (sobre todo en el último libro), pero también entiendo que, en una novela de estas características, es importantísimo, no solo explicar lo que los personajes sienten, sino darle a todo un cáriz romántico que nos motive al 98% de las lectoras. Si no, tendríamos un Pídeme lo que quieras, por ejemplo.
Según mi punto de vista, el motivo por lo que esta trilogía de Benavent no ha funcionado igual en mí que otras de sus historias, ha podido recaer en la propia relación de la protagonista con sus enamorados. [¡Ojo!Aquí encontraréis algunos spoilers] Ya estamos acostumbrados a que en las novelas de Benavent aparezcan maromos ante los que seríamos incapaces de decidir con cuál nos quedaríamos. Pues imaginad lo difícil que puede resultar cuando estamos hablando de una relación a tres bandas donde los dos protagonistas del triángulo amoroso son dioses de la belleza y el sexo. De hecho, en buena parte de la historia, se hace mucho hincapié en este aspecto: equiparar las virtudes de cada uno de los amantes, y la capacidad de complementarse entre ellos. No obstante, era de esperar que se intuyera en algún momento por cuál de los dos chicos se decantaría la chica (porque al final se decide por uno, ahí el spoiler), y, en el caso del primero de los libros, yo estaba casi segura al 100% de que se quedaría con Nico; el chico oscuro, menos llamativo, pero más sensible. Era una suposición, por supuesto. Realmente, lo que esperaba de Benavent (después de haber leído sus anteriores novelas) es que, a lo largo de los tres libros, la protagonista se dirimiera hasta la agonía entre uno u otro maromo, y que, solo en las últimas páginas del tercer libro, decidiera con quién quería pasar el resto de su vida.
Pero no...
De golpe y porrazo, al empezar el segundo libro, no solo descubrimos que el caballo ganador no es otro que Hugo (el tercero en discordia y, a partir de ahora, el winner) ¡sino que que, incluso, tiene capítulos propios! Según mi punto de vista, a partir del segundo libro, la historia se vuelve terriblemente previsible, rompiendo todo el encanto de la novela. Parece como si la autora quisiera desandar todo lo andado. De presentarnos a dos chicos únicos, maravillosos y necesarios, pasa a intentar poner por la nubes y por todos los medios al winner (dándole capítulos propios, otorgándole una psique torturada pero que puede rehabilitarse...) y tirar por el piso, todo lo posible, al loser (el pobre Nico), que pasa de ser un chico maravilloso a ser una especie de maniático depresivo, dependiente, sin vida ni futuro. Menos mal que le da a la autora por mandarlo de viaje, porque lo veía, sinceramente, internado en un frenopático de por vida después de intentar llevarse a alguien por delante.
Y eso es, en definitiva, lo que no me ha gustado...
No puedes empezar una historia de a-tres-bandas, planteándote constantemente si es posible amar a dos hombres maravillosos a la vez, para luego denostar a uno de ellos de manera tan brutal. No me parece lógico. Si la chica tenía que quedarse con alguno de los dos, sin duda había otras formas más elegantes y, por supuesto, menos surrealistas para llevar el asunto adelante.
Por otro lado, tampoco me parece correcto el final. No es lógico que se pasen dos libros dándole vueltas al mismo tema ( nos queremos, pero tenemos que quitarnos de en medio al tercero en discordia) para que luego, cuando el aludido se pira, y se demuestra que no es tan fácil como parecía llevar la relación a buen puerto, haya una ELIPSIS BRUTAL que acaba con la boda de la pareja y la vuelta del desterrado con niña y mujer japonesa ( una raza cruel, tenía que decirlo). ¿Soy solo la única persona que necesitaba (que aún necesita) saber cómo se solucionaron las cosas? Ya he dicho con anterioridad que, a veces, se le daban demasiadas vueltas a algunos temas... ¿no se podría haber invertido un poquito más en darle un par de vueltas -en la misma línea- a este tema tan trascendental? Es que, según se desarrollan los acontecimientos, se cierra un capítulo con la prota y el winner a punto de dejarlo, para empezar el siguiente con una boda a la vista y dos años elididos. WTF??? ¡¡Sí que era necesario conocer algo de esos dos años!!
En fin... Buena idea, llevada a cabo con gusto; buen nivel de enganche; buen primer libro... Y lo demás... podría estar mejor. Sin embargo, si sois, como yo, fan de Elísabet, os animo a que la leáis... ¡¡No podría recomendar nada mejor con lo que perder parte de vuestro tiempo!!