IMe alegro que hayan salido tan diferentes -dijo el padre, refiriéndose a sus dos mellizos-. El pequeño es más competitivo, quiere ser mejor en todo a su hermano. Eso es bueno. Ha llegado a superarle. Al principio, no sabía leer como el hermano. Hoy sabe leer mucho mejor que él. ¡Ven, Borja, léele esto al señor!IIYo le digo que si le pegan, que pegue más fuerte. ¡Hay cada niño por civilizar! Que nunca empiece él la pelea, pero si le pegan, que no se quede atrás. Como no te impongas, como te vean débil, estás perdido. Hay que ser bueno, pero no tonto.IIIA mi hija la he apuntado a ballet, a inglés y a natación. Lunes y miércoles, a ballet de cinco a seis y media. Martes y jueves, a inglés de seis a siete. Y el viernes va a la piscina cubierta un par de horas. Estoy agotada. Pero es que si no, qué haces con ella, todo el día metida en casa. Merece la pena.Ramón Besonías Román