Tristán e Isolda, el amor cortés.

Por Detectivesdelahistoria

La semana pasada se trataba en un breve artículo la figura de la mujer en las leyendas de la Edad Media. En él se mencionó el amor entre Tristán e Isolda, pero sin profundizar mucho en esta historia. Con el presente escrito se ha querido subsanar esto.

Esta leyenda tiene relación con el ciclo artúrico y sus primeras versiones escritas se fijan en el siglo xii en Francia en boca de trovadores como Cecamon, Guerau de Cabrera o Bernat de Ventadorn. Aunque se cree que pudo haber fuentes más antiguas que hoy se han perdido y que el poema ya se conociera en la tradición oral. Con todo se trata de uno de los hitos de amor cortés más conocidos de la Edad Media. Su relación con la corte del rey Arturo se debe a que Tristán es considerado en algunos textos como uno de los caballeros de la mesa redonda. Además es uno de los que sale en busca del Grial.

A diferencia de Lanzarot, a quien su amor por Ginebra le lleva a realizar proezas, el amor de Tristán le conduce a romper con las reglas de caballería y a huir de Cornualles. No obstante, ambos personajes comparten ciertos rasgos y fueron una fuerte influencia en obras posteriores como la figura de Amadís de Gauda.

  1. El caballero Tristán e Isolda la Rubia.

Tristán quedó huérfano siendo muy joven, por lo que es educado por el caballero Governal. Es sobrino del rey Mark de Cornualles, por lo que éste le ordena caballero en la corte de Tintagel. Después de recibir las armas vuelve a Lionís a matar al duque Morgan, causante de la muerte de su padre. Se venga, pues, de su padre en un duelo, del que sale vencedor.

Ésta es su primera gesta, después retó y mató en duelo al gigante Morholt. Morholt era el encargado de cobrar un tributo de trescientos jóvenes y trescientas doncellas a Tintagel para el rey de Irlanda. De esta forma Tristán libro a su tío y a su reino de este pago. Pero se ganó el odio de Isolda, sobrina de Morholt. Sin embargo, fue Isolda, conocedora por su madre de pócimas y ungüentos, la que le cure de una fatal herida recibida en la lucha contra el gigante. Isolda ignoraba a quien estaba salvando la vida.

Tiempo después cuando el rey Mark buscó esposa, fue Tristán el encargado de ir a buscarla. El rey Mark decidió que sólo se casaría con la mujer al que pertenecieran unos cabellos rubios que le trajeron unas golondrinas. Tristán recordó a la joven de cabellera dorada que le atendió cuando estaba herido. De esta forma se decidió que el héroe viajará hasta Irlanda por segunda vez.

2. El filtro de amor.

Cuando llegó a estas costas liberó a sus habitantes de un poderoso dragón, pero cayó enfermo por el veneno de la sangre de la bestia. Isolda le volvió a curar de esta ponzoña y se dio cuenta, por fin, de quien era él. Por este motivo intentó matarle. Sin embargo, Tristán la convenció de que no lo hiciera. Después pidió su mano al rey de Irlanda para su tío, el rey Mark de Cornualles.

Durante el viaje de vuelta a su reino junto con Isolda ocurrió un fatal incidente que fue el causante de todos los problemas. La víspera de San Juan Tristán e Isolda bebieron una pócima de amor. Este brebaje había sido preparado por la madre de Isolda para que lo bebiera en su noche de boda con el rey Mark. De esta forma se garantizaba que ambos sintieran un amor eterno. Pero una criada confundió el elixir de amor con vino y se lo sirvió a Tristán y a Isolda. En ese mismo se hicieron amantes, ya que no podían luchar con la magia de la pócima.

Una vez en la corte Isolda contrajo matrimonio con el rey Mark. Sin embargo, su amor por Tristán era tan fuerte que continuó viéndolo. Los encuentros de los amantes se hicieron tan frecuentes que los nobles se dieron que algo ocurría y alertaron al rey. Éste al principio no averiguó nada y lo achacó todo a los celos e intrigas palaciegas. No obstante, el amor entre Tristán y la reina se volvió tan evidente que el propio Mark tuvo que reconocer la verdad.

En esto la historia vuelve a coincidir con los amores entre Lancerot y Ginebra. También en este caso son los amantes los que provocan su ruina al no ser lo suficientemente cuidadosos. Y de la misma manera que el rey Mark duda de las acusaciones que recaen sobre Tristán, Arturo duda de lo que le cuentan sus sobrinos y su propia hermana, Morgana, sobre la traición del mejor de sus caballeros. En ambas historias los dos caballeros se ven conducidos hasta ese final, el de traicionar a su señor rey, movidos por un amor que no pueden superar. Aunque en la leyenda de Tristán se encuentra la referencia al filtro amoroso como excusa para justificar el adulterio y, a la vez, como elemento mágico, procedente de la tradición celta. Isolda queda relacionada por su capacidad para sanar heridas por medio de ungüentos y pócimas con la magia.

El rey Mark condenó a ambos amantes a morir en la hoguera, castigo que también comparten con la reina Ginebra. Pero los dos jóvenes huyeron al bosque de Morois, donde se escondieron durante dos años. El rey Mark los encontró pasado ese tiempo de casualidad. Los dos amantes estaban dormidos, pero, gracias a que llevaban la ropa, salvaron la vida. El monarca al verlos así, pensó que su relación era casta y les perdonó. Dejó en aquel lugar algún objeto para mostrar que había estado ahí. Este fue el primer paso para que el rey se reconciliara con su esposa.

Isolda volvió con el rey Mark por la mediación del ermitaño Ogrín y Tristán se exilió fuera de Cornualles. El filtro de amor aseguraba un amor eterno, pero sólo en los primeros años este amor era tal que los dos amantes no podían separarse el uno del otro sin sentirlo. Después de pasados esos años, el efecto de la pócima continuaba de forma más suave. Éste fue el motivo por el cual Tristán e Isolda aceptaron la paz que les ofreció el monarca y la separación.

  1. El exilio de Tristán y el final de los amantes.

Tristán sirvió a varios a reyes, cumpliendo el papel de caballero andante. En esto sus pasos se dirigieron hasta la Bretaña francesa donde conoce a Isolda de las Blancas manos, hija del duque Hoel y hermana del caballero Kaherdín. El recuerdo de su amada fue despertado por esta joven, con la que Tristán contrajo matrimonio. El joven caballero intentó suplantar a la reina Isolda, pero no lo logró. Su tristeza fue tal que hizo honor a su nombre.

Kaherdín se enteró por su hermana de que Tristán no mantenía relación con ella y, al preguntar al héroe, éste le habló de su amada en el reino de Cornualles. Por ello ambos decidieron viajar de incógnito hasta ahí y así poder ver a la bella Isolda. Kaherdín reconoció la belleza de la reina de Cornualles y disculpó a Tristán por no cumplir con su hermana.

Al regresar a su país ambos héroes entablaron una lucha contra el caballero Estolt el orgulloso de Castel fer y sus seis hermanos. La batalla se decidió a favor de Tristán y su amigo, pero no sin que una desgracia sucediera. Tristán recibió una herida con una espada envenenada. Ningún médico de Bretaña sabía cómo sanar el corte y el héroe empeoró rápidamente. Por ello pidió a Kaherdín que fuera a Cornualles y volviera con Isolda la Rubia, su amada. Sólo ella podría curarle con sus pócimas.

Kaherdín partió hacia el reino de Mark, diciéndole a Tristán que si conseguía volver con Isolda la Rubia pondría velas blancas a la nave como señal. Sin embargo, los celos de Isolda de las Blancas Manos se hicieron insoportables, ya que ella amaba realmente a Tristán. Por ello cuando su marido le preguntó qué velas llevaba el barco ella le dijo que eran negras. El caballero pensó que su amada no iba en la nave y murió de pena. Isolda la Rubia saltó a tierra en cuanto pudo y corrió en busca de su caballero. Pero lo encontró ya muerto. La joven se tendió a su lado presa de una honda tristeza y no volvió a levantarse. Ambos amantes murieron juntos.

Se han encontrado algunas referencias históricas a estos personajes, aunque sean muy breves. En el castillo de Dore, cerca del pueblo Fowey, en Cornualles hay un monumento funerario llamado la Piedra de Tristán y en Irlanda se encuentra una capilla dedicada a la reina Isolda en el pueblo de Chapelizop.

El amor de Tristán e Isolda es un amor trágico. La poción de amor es fuente al final de dolor y muerte. El rey Mark pierde a su sobrino y su mejor caballero y, luego, a su propia mujer. El propio Tristán tiene que exiliarse de su propia tierra y alejarse de su familia y amigos.

La historia de estos dos amantes, como la Lancelot y Ginebra, tiene su base en las leyendas gaélicas primitivas irlandesas. Los argumentos se repiten en el relato de Devorgilla, Grainne y Deirdre. Las tres son jóvenes que se ven obligadas a casarse con un rey al que no aman y se acaban fugando con otro hombre. En estos relatos se repiten ciertos rasgos comunes, como el adulterio, el amor trágico y el final. Éste suele acabar con la muerte de los amantes o con su reclusión en algún convento, como es el caso de Ginebra.

El amor de estos amantes no sólo les trae desgracias a ellos, sino también al reino. En la historia de Lancelot y la reina Ginebra el final del reinado de Arturo y la propia muerte de éste se debe en parte a la relación de los amantes. Arturo inicia la guerra contra Lancelot y su primos para vengarse de la deshonra, mientras deja el reino bajo la protección de Morder, su propio hijo, que le traicionara.

Bibliografía:

Anónimo, (1981), La muerte del rey Arturo, Madrid, ed Alianza.

Anónimo, (2000), Tristán e Iseo, Madrid, ed. Alianza.

González Ruiz, David, (2010), Breve historia de las leyendas medievales, Madrid, ed. Nowtilus.

Sainero, Ramón, (1993), Sagas celtas primitivas, Madrid, ed Akal.