Uno de los cuadros más emblemáticos es el titulado "Triste herencia". El título y la observación del tema invitan a la reflexión a los incrédulos de las vacunas. Todavía hay padres que no quiere vacunar a sus hijos ni de la polio, una de las más efectivas. En él, un hermano de la Orden de San Juan de Dios acompaña a unos niños en el baño playero. Un par van con muletas por las consecuencias de su infección.
He pasado muchos días sin escribir. Afortunadamente, he podido tener dos periodos cortos de descanso que no de relajación. En uno de ellos fui a ver la exposición Sorolla y Estados Unidos antes de que finalizara aunque los apretones por el gentio no permitían ver bien las obras expuestas. Creo que se puede disfrutar "casi " igual haciendo una visita virtual pulsando aquí.
Uno de los cuadros más emblemáticos es el titulado "Triste herencia". El título y la observación del tema invitan a la reflexión a los incrédulos de las vacunas. Todavía hay padres que no quiere vacunar a sus hijos ni de la polio, una de las más efectivas. En él, un hermano de la Orden de San Juan de Dios acompaña a unos niños en el baño playero. Un par van con muletas por las consecuencias de su infección.
Uno de los cuadros más emblemáticos es el titulado "Triste herencia". El título y la observación del tema invitan a la reflexión a los incrédulos de las vacunas. Todavía hay padres que no quiere vacunar a sus hijos ni de la polio, una de las más efectivas. En él, un hermano de la Orden de San Juan de Dios acompaña a unos niños en el baño playero. Un par van con muletas por las consecuencias de su infección.