Revista Opinión

Tristes trópicos. Respondiendo a Andrés y a eddie.

Publicado el 21 mayo 2014 por Romanas
Tristes trópicos. Respondiendo a Andrés y a eddie. Esto es lo que me tiene contento. Por mis blogs viene poca gente pero de una extraordinaria calidad. Cuando terminé mi post La igualdad, creí que había cerrado definitivamente el tema y va a ser que no. Andrés dice: “Felicidades. Excelente. Desgraciadamente es asi. Una vez que nos subimos a la barca, nuestra principal preocuapcion es que no suba nadie. ¿naturaleza humana? No creo. Viendo el comportamiento de las llamados tribus primitivas, cazadores y recolectores, en el Amazonas, en el Kalahari no creo que sea "intrinseco" es una consecuencia del desarrollo social, de la civilizacion: Eso de lo que estmaos tan orgullosos”. 19 de mayo de 2014, 20:30. Y eddie abunda en el mismo sentido: “Este post responde a una de las cuestiones claves de la humanidad (sino la que más)que necesitaría mucho tiempo y análisis, sólo apto para mentes muy lúcidas. Decia Ignacio Ellacuria que nadie tiene derecho a lo superfluo, cuando todos no tienen lo necesario. Pero quién se lo dice a ese sector de la población que ha adquirido algún “status” y se le ha adiccionado para ello, cómo va a desengancharse . Estamos imbuidos en un ecosistema muy tóxico, con las cartas marcadas, que no deja a la gente reflexionar sobre estas cuestiones trascendentales. La plebe tira de sus instintos animalisticos para salvarse él y olvidarse de su condición humana más racional. Me resulta difícil pensar cómo se puede bajar la velocidad de un tren en marcha desbocado y sin frenos , pero pienso que se podría lograr”.20 de mayo de 2014, 20:45. Como antecesor vuestro no está ni más ni menos que Levy-Strauss, el más importante de los antropólogos que hasta ahora han sido. Este autor, al que muchos consideran uno de los padres de estructuralismo, en una larga serie de publicaciones que van desde Tristes trópicos hasta La Mitológicas pasando por El pensamiento salvaje, llega a conclusiones muy parecidas a las vuestras, sólo que su tesis final es absolutamente diferente: no hay diferencias esenciales sino simplemente estructurales estre nuestra civilización y ésas que hemos dado en llamar salvajes. Y es que este maestro de pensadores pasó por alto las ideas básicas de otros 2 gigantes del pensamiento, Karl Marx y Sigmund Freud. Es posible que si pudiéramos encerrar al hombre en burbujas absolutamente independientes, aisladas, y los dejáramos desarrollarse allí, todo los hombres sometidos al experimento acabaran por ser absolutamente iguales, pero esto apenas si ocurre en esas tribus aisladas del Amazonas, en las que él fundamentó preferentemente sus estudios iniciales. Pero el hombre está arrojado al mundo, y sometido a millones de influencias materiales y psicológicas, que le conforman decisivamente. Y, para su desgracia, según mi modesta opinión, no está preservado del entorno por kilómetros y kilómetros de una selva casi impenetrable. Y, como el hombre es él y sus malditas circunstancias, resulta que el hombre que llamamos civilizado, el hombre occidental y también ahora el oriental, está sometido a una serie enorme de influencias que lo estereotipan.  Y, ahora, no tenemos más remedio que acudir al principio de toda la filosofía, al jodido estagirita. Aristóteles expuso la evolución inexorable de las formas de gobierno en su Política y hasta ahora nadie ha podido dejarla sin efecto, de modo que, aún con la extraordinaria lentitud de los fenómenos históricos, el gobierno de los países pasa por una sucesión que va desde la monarquía a la tiranía pasando por casi todas las otras formas de gobierno, república, demagogia, aristocracia, oligarquía, y tiranía. Por supuesto que esta evolución no es fatal , no se da siempre, inexorablemente, en todas y cada una de sus formas, pero, a grandes rasgos, es así. Y, entrando ya en la materia que vosotros proponéis, la solución a los problemas que impiden la implantación y subsistencia de regímenes comunistas, es que este sistema de organización estatal, requiere para imponerse la aplicación de una fuerza revolucionaria que sólo emerge en circunstancias hasta ahora muy especiales: Cuba, China, Venezuela, entre otras cosas porque su enemigo natural el capitalismo, como dueño de todos los medios de comunicación del mundo mundial, ha llevado a cabo un gigantesco lavado de cerebro a toda la humanidad, imponiendo el pensamiento de que el comunismo no es sino una invención diabólica creada por auténticos demonios. ¿Probabilidades de que el comunismo pudiera implantarse en países, como, por ejemplo, España? Ninguna. Todo el universo, de acuerdo con el axioma de Lampedusa, está cumpliendo a rajatabla esa canallesca doctrina de “es preciso que todo cambie para que todo siga igual”. Y lo están haciendo tan bien que a todos estos aprendices de fascistas irredentos se le llena continuamente la boca hablando de democracia olvidando el aserto de Lincoln: democracia es el gobierno  DEL PUEBLO, PARA EL PUEBLO Y POR EL PUEBLO. Ninguno de estos 3 requisitos se da actualmente en ningún país del mundo que no sean los que antes hemos citado, Cuba, China y Venezuela. Entonces, ¿qué podemos hacer? Casi estoy tentado de escribir: nada. Si en todos los países del mundo, más tarde o más temprano, estallan revoluciones ¿por qué no puede suceder aquí lo mismo? Es un pequeño atisbo de esperanza.

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