El cine suele recurrir a situaciones repetitivas que sólo acaban generando sorpresa en el espectador incauto. La chica guapa perseguida en el bosque siempre tropezará con algo, preferentemente con una rama, y el protagonista siempre cortará el cable correcto de la bomba con el cronómetro a un segundo o ninguno. Un desenlace previsible en la gran pantalla que supone un epílogo brillante en el deporte, una alegría extrema para los vencedores y la peor frustración para los vencidos. Roger Grimau acaparó los focos en el Nou Congost cuando capturó un rebote ofensivo tras un triple mal lanzado por Morris. El capitán lanzó a falta de tres décimas del final y empató a 73 para forzar la prórroga, una oportunidad que el Barça no desaprovechó para resolver por 82-87 ante un ejemplar Suzuki Manresa. Liderado por Mickeal (23 puntos) y Navarro (25), el conjunto de Xavi Pascual consiguió remontar doce puntos de ventaja en el último cuarto con una defensa zonal abierta y recibirá al Madrid en el Palau con tres victorias de margen.
Más de 40 minutos, en concreto 41m 20s, tardó el Barça en ponerse por delante en el marcador con una canasta de Mickeal, que jugó sus mejores momentos al límite, cargado con cuatro personales desde los 26m 43s. El 33 azulgrana se fue entonces al banquillo y volvió en el último período para anotar diez puntos, con triple incluido a 11’5s. La opción que había previsto Pascual si la desventaja era de tres después de que López lanzase los tiros libres. En al siguiente jugada, a 5’4s, llegaría una gran canasta de Montañez (19 puntos) y el público ya empezó a celebrar una victoria extraordinaria y merecida. El mejor homenaje para conmemorar la del curso pasado, aquel maratoniano partido –el más largo de la historia de la Liga ACB– que ganó el Suzuki Manresa tras cuatro prórrogas. Pero Grimau lo evitó cogiendo un rebote fundamental y forzando la prórroga.
Lorbek y Vázquez
Desgastado por la dura eliminatoria de Euroliga contra el Madrid, al Barça le costó arrancar en el Nou Congost. No lo hizo hasta el tramo final y padeció mucho en el resto. Atascado y timorato, el ataque azulgrana era anárquico y la defensa, permisiva ante el repertorio de Montañez y Cusworth (14) y el Suzuki Manresa se puso 10-3 (a los 3m 03). Los problemas del Barça surgían en la pintura y Pascual cambió a su pareja interior titular (Morris y Ndong). Una decisión que le salió bien, pues con Lorbek y sobre todo con Vázquez en pista los visitantes mejoraron (14-13 a los 7m 27s).
Resultó una mejora muy puntual, porque Ponsarnau también supo hacer los cambios correctos y tanto López como Gladyr volvieron a relanzar al Suzuki Manresa. Llamado a ser el segundo tirador del equipo, el alero ucraniano se ha perdido varias semanas de competición por una lesión que se produjo golpeando una valla publicitaria en un partido. Gladyr se centró en lo deportivo y con dos triples (3/7) impulsó a su equipo, que alcanzaría su máxima ventaja justo antes del descanso (40-24 a los 19m 29s). Incómodo y fallón, el Barça acababa de jugar su peor primera parte en este curso.
Mickeal, Navarro y Vázquez, por este orden, empezaron a engrasar la máquina azulgrana, todavía inferior al Suzuki Manresa, que empezó a seleccionar mal sus tiros y vio reducida su renta a nueve puntos. Con doce se iniciaría el último cuarto. Y se quedaría en cinco tras un parcial de 2-8, una zona abierta y vulnerable por el centro del Barça y cinco puntos seguidos de Navarro. Mickeal regresaría a pista y desquició cuando quiso a Gladyr. Después de un carrusel de tiros libres López pondría el 69-65 a 1m 6s del final y a 41’6s San Miguel fallaría los dos (69-66). El propio López y Mickeal no fallarían desde la línea de personal. El 33 azulgrana empató a 71, Montañez ilusionó al Nou Congost, hasta que Grimau cogió un rebote ofensivo primordial para forzar la prórroga. El paso decisivo del triunfo de cine del Barça en Manresa.