Todo este movimiento social, gracias una vez más a las redes sociales -tan desnostadas por quienes las desconocen-, tuvo su efecto. ODB suspendió el concierto, que tenía que haberse celebrado ayer noche. Según se indica en su web, en un principio "las diferentes partes implicadas para la posible realización de este concierto (discográfica, promotora, oficina artística, artistas…) valoraron los pros y los contras para asistir al mismo, decidiendo aceptar la propuesta en base a una serie de condiciones muy determinadas".
Sin embargo, "tres días antes del comienzo del festival buena parte de esas condiciones (económicas, técnicas, logísticas y mediáticas) no se han respetado ni cumplido, con lo cual no era posible asegurar un espectáculo en los niveles de calidad artística que requiere un concierto de Ojos de Brujo".
Es cierto que las causas de suspensión no son tan 'nobles' como la causa saharaui merece, pero lo importante es que no tocarán. No obstante, apesar de la marcha atrás y siendo objetivos, la imagen de ODB ha quedado tocada en ciertos sectores de sus seguidores. Precisamente por eso, esta suspensión no es suficiente para reparar ese daño. Sin duda, se espera más y que, de manera proactiva y no por la presión social, el grupo a realice algún acto ejemplarizante.