La navidad es una época típicamente familiar, alrededor de mesas profusamente decoradas prolongadas hasta el infinito se reúnen los clanes dando feliz cuenta a singulares viandas, brebajes y dulces… Las tradiciones familiares de estos días nos transportan a infancias más o menos remotas, en mi caso remotos recuerdos de canciones entonadas al son de la granulosa botella de "Anís del Mono", de apretujados bailes en salones atestados de sillas y de muchos juegos.Encontrar un
juego de mesa en el que puedan participar los más pequeños de la casa puede ser complicado, ya que o el juego es excesivamente sencillo lo que acaba aburriendo rápidamente a los adultos o es tan complicado que ellos no pueden seguirlo.
Si sois como yo fanáticos de crear momentos compartidos quizás os pueda ser de ayuda la solución que encontré para
adaptar el Trivial Pursuit a todas las edades. En la librería descubrí estas divertidas
tarjetas
con preguntas y respuestas adaptadas según el ciclo escolar 2-3 años, 4-5 años, 5-6 años, 7-8 años….
Así que cuando les tocaba el turno a mis pequeños en el Trivial utilizábamos estas tarjetas dejando las que proporciona el juego para nuestras atormentadas neuronas adultas. En este caso, que las preguntas sean temáticas según el color del quesito es inaplicable, pero aparte de eso el juego transcurrió sin mayor problema.
Gracias a esta sencilla solución mi pequeño de cuatro años pudo no sólo participar, sino darnos una tremenda paliza completando todas sus porciones en tiempo record, mientras mi quesera lucía una triste porción completada.
En el almacén de los recuerdos atesoraré para el futuro su resplandeciente cara y sus interminables saltitos de júbilo. La partida logró además un objetivo impensable… rescatar al abuelo del hipnótico poder de la televisión.