Un verano más, cuando las penurias económicas quemaban más que el sol, vuelve el Trofeo de los Trofeos. Contra todo pronóstico, lo hace con un cartel de lujo. Lo económico no ha sido una barrera para organizar un torneo más que decente. La decadencia de estos eventos veraniegos por el resto del país hace del Carranza el mejor de ellos. Sporting de Lisboa (Europa League), Udinese (Champions), Málaga y Cádiz serán los participantes.
Los tres últimos tienen algo en común, la manera de entender el fútbol de sus dirigentes. El club italiano de la familia Pozzo maneja en su cartera a cerca de cien futbolistas por todo el Mundo, traspasos como el de Alexis al Barça hacen rentable ese negocio. El otro es el Málaga. Desde Qatar, con su lámpara mágica, el jeque Al-Thani llegó para satisfacer todos los deseos. Y en Cádiz, aunque a otro nivel, el ‘jeque’ llega desde el Segura. Aún se desconocen las causas, pero Quique Pina ha convertido un club en la ruina y casi abandonado hace un mes, en un proyecto muy apetecible para cualquier futbolista. Hoy todos quieren venir, jugadores que se rifaba media Segunda y lo mejores de Segunda B, ya están o están poniendo rumbo a La Tacita.
Son ellos, los defensores del fútbol moderno. Pozzo en Italia, Al-Thani en Málaga, y Pina en media España. Son los del dinero antes que el sentimiento. O no. Esa es la cuestión. ¿Son compatibles los dos? Es evidente que el dinero es fundamental en todo, y más en estos momentos. Pero la afición, el amor a un escudo y a unos colores…Ese sentimiento no hay dinero que lo compre, ¿o sí? No lo compra pero lo fortalece. A los hijos se les quiere siempre de la misma forma, pero si traen buenas notas enorgullecen más. Yo sí creo que son posibles los dos, uno la genera y otro la pone. Es necesaria como imprescindible. Hablamos de la ilusión.
El fútbol es un negocio, seguramente el más grande de todos. Pero hay algo que lo diferencia, que lo hace único. El sentimiento. Y encima hay gente que lo fomenta. Que ilusiona a los aficionados con grandes fichajes, que, aunque al final la sala de Trofeos esté desierta, solo por la ilusión generada, puede merecer la pena. Por eso doy la bienvenida a este modelo de fútbol. El que nos ilusiona cada verano y nos hace pensar que tenemos la mejor Liga del Mundo. Hoy el Carranza es testigo de ello. Se ponen en liza tres grandes proyectos.
Ya lo dijo un primo mío, “prefiero ver a Zidane, Ronaldo y Figo en el Bernabéu que ganar cinco ligas con Higuaín, Sneijder o Granero”.