Una vez fue un internauta normal que hacía su vida y salía con sus amigos a pasarlo bien, hasta que un día la envidia, la rabia y la frustración le hicieron perder la autoestima y finalmente, el nombre. Se caracteriza por tocar los cojones de forma odiosa, siempre amparado en el anonimato. Nos gustaría decir que en el fondo es entrañable, que su intención puede llegar a ser satírica, pero no podemos decirlo porque sería mentir: el Troll de Internet sólo busca dolor y confrontación. Afortunadamente, de lo que siempre nos podremos reír es de su manifiesta e infinita estupidez. Su inferioridad mental lo lleva a creer un logro insultar a la gente desde detrás de un nick. Se considera obra de caridad aguantarlo más de cinco minutos. Es probable que conozcas a más de uno uno sin sospecharlo siquiera. Incluso puede que duerman con uno de esos que firman cada vez con un nombre diferente, pretendiendo ser multitud, como la Santísima Trinidad.
Una vez fue un internauta normal que hacía su vida y salía con sus amigos a pasarlo bien, hasta que un día la envidia, la rabia y la frustración le hicieron perder la autoestima y finalmente, el nombre. Se caracteriza por tocar los cojones de forma odiosa, siempre amparado en el anonimato. Nos gustaría decir que en el fondo es entrañable, que su intención puede llegar a ser satírica, pero no podemos decirlo porque sería mentir: el Troll de Internet sólo busca dolor y confrontación. Afortunadamente, de lo que siempre nos podremos reír es de su manifiesta e infinita estupidez. Su inferioridad mental lo lleva a creer un logro insultar a la gente desde detrás de un nick. Se considera obra de caridad aguantarlo más de cinco minutos. Es probable que conozcas a más de uno uno sin sospecharlo siquiera. Incluso puede que duerman con uno de esos que firman cada vez con un nombre diferente, pretendiendo ser multitud, como la Santísima Trinidad.