No voy a hacer el habitual análisis fílmico de la película, escribo este post para decirle al grueso del cine español, a la inmensa mayoría, desde el Ministerio de Cultura hasta los directores, pasando por los productores y guionistas, que deberían visionar con calma "Tropa de élite" y aprender, de una maldita vez, que se puede hacer cine social (y llevarte la subvención) sin tener que aburrir a los muertos, sin ser explícito, sin ser obvio, sin ser discursivo, sin ser “de autor” y, sobre todo, sin abusar de la autocomplacencia de la que suelen hacer gala esas élites de “artistas” sutiles y delicados que huyen del lenguaje televisivo (para ellos todo lo que no sea almodovariano o medemiano es televisivo) y que nos cuentan historias que no le interesan a casi nadie.
No voy a hacer el habitual análisis fílmico de la película, escribo este post para decirle al grueso del cine español, a la inmensa mayoría, desde el Ministerio de Cultura hasta los directores, pasando por los productores y guionistas, que deberían visionar con calma "Tropa de élite" y aprender, de una maldita vez, que se puede hacer cine social (y llevarte la subvención) sin tener que aburrir a los muertos, sin ser explícito, sin ser obvio, sin ser discursivo, sin ser “de autor” y, sobre todo, sin abusar de la autocomplacencia de la que suelen hacer gala esas élites de “artistas” sutiles y delicados que huyen del lenguaje televisivo (para ellos todo lo que no sea almodovariano o medemiano es televisivo) y que nos cuentan historias que no le interesan a casi nadie.