Estamos frente al Pabellón de la Ciudad Deportiva. La amenaza de lluvia no ha amilanado a ningún correor d´Elx. Ni Juan ni Toñi de Cartagena han querido perderse esta singular trotada, donde nuestro deporte favorito se ha practicado sin prestarle mucha atención. Somos unos 60 sin chip, sin cronometrajes a batir , sin líneas de meta, sin esfuerzos sobrehumanos... Charlar, recordar experiencias, disfrutar los bellos paisajes del campo, proyectos futuros, olvidarnos por unos momentos de la crisis y la jornada electoral, reír mucho y así hasta que nos acercamos a La Alcudia. De repente y, sin mucho ruido, nos adentramos en las calles, casas, termas y templos abarrotados por gente sencilla que vivió hace miles de años. Los moradores de este lugar se sienten aterrorizados por nuestra equipación multicolor y que, con el ir y venir por todos los rincones tras los pasos de Paco, esa gente se ha tranquilizado y nos han dirigido delante de la mejor de sus joyas: un precioso busto del que nos piden en el futuro que cuidemos y que no salga de su tierra. Allí, delante de esa "dama" nos hemos fotografiado. Tras la despedida y, con nuestra promesa en el corazón, nos dirigimos a otro enclave más reciente en nuestra historia. La cultura árabe nos deja otra maravilla como la de los huertos con sus tres niveles: el de las palmeras alrededor de un bancal rodeado de acequias, el de los frutales y el inferior a base de las hortalizas o cultivos bajos de temporada. Iberos, romanos y árabes nos han manifestado que desean participar en nuestras trotadas. Con permiso de Don Francisco les invitaremos y nosotros encantados porque, sin duda, ellos nos han enseñado algo más maravilloso que nuestro Internet. Y si no, para rematar nuestra quedada, ¡que bello es El Huerto del Cura!