Amantes del pescado en general y de la trucha en concreto, estáis de enhorabuena. Esta receta es un auténtico lujo que os llevará muy poco tiempo preparar y os aseguro que es una delicia. Un plato de pescado rápido, divertido y que fantasea con diferentes texturas en boca.
Lo único que vamos a necesitar es tener el horno a punto, que es el protagonista de la cocción. Más allá se abre un universo de sabores, aromas, colores... todo un tarro de esencias mediterráneas y saludables para dotar a una solitaria trucha de una vistosidad y jugosidad incomparable. Todo un juego de mar y huerta en la mesa.
Ni qué decir tiene que los elementos de la receta corren a vuestro gusto. Yo os planteo aquí una opción para que cojáis ideas y os soltéis la melena en la cocina. ¡Mandiles arriba!
Ingredientes (2 personas)
Tiempo
Lo primero de todo es blanquear las patatas laminadas. Puedes sacar las rodajas finas a cuchillo o con ayuda de una mandolina, teniendo extremo cuidado para no tener accidentes sangrantes. Blanquear es una técnica culinaria que consiste en una semi-cocción de algunos alimentos que luego terminarán de hacerse en otro proceso de cocción más largo (asado, braseado...)
En una bandeja extendemos papel de horno y echamos un poco de aceite de oliva. Vamos disponiendo las patatas (a modo de repartir naipes de una baraja) por la superficie. Salpimentamos y regamos con otro poco de aceite. Metemos al horno a 200º y dejamos que vaya cogiendo un punto crujiente mientras seguimos con la receta.
En un bol amplio añadimos la cebolla, la zanahoria, las alcaparras, el tomate y el hinojo. Todo picado muy finamente. Añadimos el zumo de un limón, sal y pimienta al gusto y 2 cucharadas de aceite de oliva. Mezclamos todo bien. Probamos y reservamos.
Por otro lado mezclamos en un bol el pan rallado, el Parmesano rallado, el perejil picado y un chorrito de Aceite de oliva. NOTA: Si os sobra, podéis reutilizar esa mezcla para rebozados o para albóndigas. Aquí no se tira nada nunca...
Sacamos las patatas del horno. Colocamos sobre ellas los filetes de trucha ligeramente salpimentados. Vamos a "napar" o cubrir con la mezcla de verduras el pescado.
Introducimos en el horno de nuevo unos 3-4 minutos.
Por último volvemos a sacar la bandeja y espolvoreamos una cantidad generosa de nuestro pan rallado aromatizado con Parmesano. Volvemos a meter al horno durante 1 minuto. Lo suficiente para que coja color y crocante, no queremos sobre-cocinar el pescado.
Para emplatar servimos los filetes de trucha y rociamos un poco más de limón y de aceite de oliva por encima. Decoramos con unas hojas frescas de perejil y listo. ¡Que aproveche, hitchookian@s!