Revista Opinión

Trufas: el diamante negro se empieza a hacer sentir en Río Negro

Publicado el 13 julio 2019 por Piedraonline

Trufas: el diamante negro se empieza a hacer sentir en Río Negro

El único productor de trufas de la provincia cobró mil dólares por la venta de un kilo de este misterioso y valiosísimo hongo con olor raro y tradición europea.


Fotos: Familia Castro/Info­campo

Al preguntar una definición sobre la trufa se nos respondió simple y sinceramente: las trufas son un misterio.

Se hacen desear ya que el proceso de producción tiene una extensión de ocho años mientras que su valor económico es muy grande. Las trufas tienen un olor extraño para nosotros los argentinos pero no así para los europeos ya que este hongo es utilizado por prestigiosos chefs de ese continente.

Todo esto lo contó en Toca Madera por Radio Noticias, Humberto Castro productor del Valle Medio de Río Negro "Es misteriosa, es valiosísima, es fascinante todo el tema trufero porque crece bajo la tierra. Es un árbol dado vuelta. La manzana en primavera vos ya sabés dónde va a salir la manzana, esto es al revés porque sale abajo con las raíces, por eso el tema que se busca con perros".

Castro explicó que las trufas son hongos que provienen de la Tuber melanosporum, es un hongo que crece bajo la tierra en simbiosis con los robles y con las encinas "Algunos también están haciendo con avellanas pero específicamente el caso que estamos haciendo la experiencia acá en Paso Piedra, Choele Choel, es con robles y encinas. Es un hongo como una papa, groseramente, parecida a una papa, de color negro. En su superficie tiene como diamantitos, unas figuras trigonométricas y tiene un olor muy raro para nosotros porque no estamos acostumbrados a ese elemento culinario. En Europa que tiene tradición en esto, lo usan los grandes cheffs, esa es la trufa".

Una historia para contar

Como se indicó al comienzo, el proceso de producción de las trufas es bastante largo: son ocho años. En ese lapso, Castro obtuvo dos kilos 800 gramos de 120 plantas "Todavía falta pasar el perro una vez más. Va a ir aumentando a partir de ahora, el año que viene me imagino estaremos en 5 kilos y llegaremos a empezar la plena producción a partir de los doce, trece años, que sería para 120 plantas aproximadamente 30 kilos".

Castro tiene 71 años y trabaja con su familia en el tema de las trufas al que se acercó por primera vez a través de la televisión "Había un programa de cocina y alguien hizo mucha alaraca con el tema de una cosa negra que traía en la mano, eran trufas".

Castro se puso a leer, a estudiar y se encontró con que las trufas eran un producto gourmet "El diamante negro de la cocina. Tenía un pedazo de tierra que estaba libre, me puse a buscar dónde podía conseguir y realmente en la Argentina se estaba haciendo una experiencia en Suárez. Pero yo hablé por teléfono y no me dieron bolilla".

Parece que el destino de Castro tenía que cruzarlo con las trufas porque un día ayudó a un hombre que tuvo un problema con su camioneta. Este hombre era chileno, Ingeniero Forestal y tenía una maestría en Trufas en Francia y España. Le preguntó a Castro si nunca había pensado en poner trufas en la quinta.

El ingeniero estaba asesorando a gente de Coronel Suárez "Le voy a traer de regalo una plantita".

Finalmente cumplió con su regaló y lo contactó con un vivero de Suárez para comprar más plantas.

Castro se llevó más de cien
"Empezamos a plantar y a estudiar. Como hay mucho secreto en la trufa, leímos que su origen es el norte de Italia, oeste de Francia y Este de España. Entonces descubrimos que uno de los terrenos tiene que tener mucho carbonato de calcio. Entonces aparte de hacer los análisis de suelo, empezamos a poner carbonato de calcio a unas más, a unas menos y a otras nada. Después de ocho años tuvimos la suerte de haber sacado dos kilos 800 gramos".

En cuanto al valor, Castro contó que le pagaron mil dólares por un kilo "y el que las vendió, las vendió a 1500. Es también como la manzana y la pera, la intermediación, todos ganan".


Castro informó además que este miércoles salió un primer embarque de gente de Chillar, provincia de Buenos Aires, con diez kilos de trufas a Italia "que a ellos les pagaron seguramente como se paga, 23 mil dólares el kilo, son 20 mil dólares en una cajita de diez kilos".

Por otro lado, Castro piensa en más grande y en que sean más los productores que se dediquen a la actividad. "Si tenemos el suelo, tenemos la tierra, tenemos la gente que puede esperar, los productores dándole una mano, nosotros podemos hacer una cuenca trufera de acá a la luna.

La trufa es un producto que no tiene problemas con el frío, no tiene problema con la helada, no tiene problema con la lluvia, no tiene ningún problema. Lo único que hay que mimarla y darle de comer a este hongo".


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