Una de las cosas que me gustó de esta ciudad fue su plaza,de la cual podéis ver una fotografía panorámica justo encima de estas líneas y que es bastante grande, y la cual invita al viajero a quedarse un rato a observar a la gente que pasea por ella, y es que, al menos a mí, una de las cosas que más me gusta cuando voy a cualquier lugar es quedarme en un lugar y observar a la gente pasar. A más de uno le puede parecer una tontería, pero es una excusa como otra cualquiera para pararse y descansar un rato. Además, todos nosotros tenemos ese algo de vouyerismo que hace que nos interesemos por los demás. Y es que, en el fondo, ¿quién no se ha preguntado alguna vez cómo es la vida de las demás personas? Pues en esta clase de lugares puede observarse aunque solamente sea durante unos pocos minutos o incluso segundos. Y esta es una de las razones por las cuales me gusta viajar solo: Me da más tiempo para poder hacer esta clase de cosas.
Tengo que reconocer que, aparte de alguna que otra referencia por alguna película y poco más, de esta ciudad sabía más bien poco, por no decir nada. Ubicada en la comarca de Tierra de Trujillo, en Cáceres, sin duda es una de las poblaciones más bonitas que he visitado a lo largo de todos estos años. Es un lugar donde, aparte, tampoco me importaría pasar una temporada, aunque no demasiado larga, tal vez parte de algún verano, o quizás la parte final de la primavera, que es precisamente la época en la que visité esta comunidad autónoma que es Extremadura, tierra de mi abuela materna y que todavía no había visitado, tal vez debido a la distancia que hay con el lugar donde resido habitualmente.
Pero bueno, he de reconocer que en esta comunidad autónoma no me importaría repetir viaje en futuras ocasiones. Por el momento no tengo previsto volver a corto plazo, pero a medio y largo plazo no me importaría volver a hacer una caminata por sus ciudades y poblaciones, sobre todo por aquellas poblaciones más pequeñas, las cuales guardan el encanto de antaño.