Truman Capote, l'enfant terrible

Publicado el 27 noviembre 2016 por Martikka

Truman Capote, Truman l'Enfant Terrible. 
Se cumplen 50 años de la gran fiesta celebrada en el Hotel Plaza denominada "Black and White Ball". El autor acababa de cobrar 2 millones de dólares por los derechos cinematográficos de su obra A sangre fría, por lo que ya era rico. Ahora quería ser famoso.
En sus palabras: "Soy mejor publicista que escritor. Para hacer un best seller, debes gastar mucho dinero, saturar a los medios."

Truman Capote saludando a sus invitados

Y en la cresta de ola decidió organizar la fiesta del siglo, una fiesta de máscaras que reunió a lo más granado de la sociedad desde diseñadores, escritores, miembros de la alta sociedad...  La ecléctica elección de invitar a 500 personas desde los Kennedy pasando por Greta Garbo, Lauren Bacall, Andy Warhol, Tennessee Williams, los duques de Windsor hasta llegar al Marajá de Jaipur, era una elección típica de Capote, que quiso (con la excusa de homenajear a Katherine Graham, editora del Washington Post, algo deprimida por aquella época) organizar la mayor fiesta habida y por haber no superada hasta ahora, donde si no eras invitado, no eras nadie. Los invitados debían acudir a la fiesta con máscaras, ataviados con vestidos de cóctel blanco o negro. A las 12 de la noche, tras el baile, se quitarían las máscaras y daría inicio la cena. Un menú digno del humor negro de Capote: salchichas, espaguetis, huevos, pollo....un menú de clase baja.
Gastó unos 16.000 dólares de la época aunque él fardaba de haber gastado más: 150.000.
Pero después de aquella espectacular noche, escribió sin terminar ningún argumento. ¿Perdió la inspiración, esa chispa divina, en manos del glamour y la alta sociedad? Quién sabe... Quizás le perdió el látigo que nos entrega Dios. En sus palabras: Cuando dios le entrega a uno un don, también le da un látigo. Ese látigo le llevó por el camino de la cocaína y la desesperación, cayendo a los infiernos.
"Empecé a escribir cuando tenía ocho años, de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno. No conocía a nadie que escribiera y a poca gente que leyera. Pero solamente me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir a cine, bailar claqué y dibujar. Entonces, un día, comencé a escribir, sin saber que me había amarrado de por vida a un noble pero implacable amo. Cuando dios le entrega a uno un don, también le da un látigo. El látigo es únicamente para auto flagelarse. Pero por supuesto yo no lo sabía. Escribí cuentos de aventuras, novelas de crímenes, comedias satíricas, historias que me habían referido antiguos esclavos y veteranos de la guerra civil. Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando supe cuál era la diferencia entre escribir bien y mal. Y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero, que es sutil pero brutal. Entonces cayó el látigo."

 “Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio”. Genio y figura.
Para saber más de Truman Capote, aquí su CLASE MAGISTRAL.