Truman Capote: Plegarias atendidas: Párrafo inicial:

Truman Capote es, en mi opinión, uno de los grandes, muy por encima de gente como Norman Mailer, por poner un ejemplo y, también, en mi opinión, ya digo, los tres capítulos, relatos, de Plegarias atendidas, su novela inacabada, el mejor material que llegó a escribir nunca. Es una puta pena que el derrumbamiento aquel del que hablaba Fitzgerald le impidiera terminarla. Su inicio (del que pondré sus 4 primeros párrafos) me encanta. Por cierto, en principio, de Plegarias atendidas iba a formar parte otro relato: Mojave, que luego quitó y que se publicó en otro de sus libros de relatos.
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  En algún rincón de este mundo vive un filósofo excepcional, una chica, que se llama Florie Rotondo.  El otro día, en una revista que recopila redacciones de colegiales, di con una de sus reflexiones. Decía así: Si pudiese hacer lo que quisiera, me iría al centro de la Tierra, nuestro planeta, y buscaría uranio, rubíes y oro. Intentaría encontrar Monstruos Perfectos. Después me iría a vivir al campo. Florie Rotondo, ocho años.  Florie, cariño, sé muy bien a qué te refieres, aunque tú misma no lo sepas: ¿cómo podrías saberlo, con sólo ocho años?  Porque yo he estado en el centro de la Tierra. O, en cualquier caso, he padecido las tribulaciones que un viaje de ese tipo puede infligir. He buscado uranio, rubíes, oro y, por el camino, he observado a otros que buscaban lo mismo. Y escúchame, Florie, ¡he encontrado Monstruos Perfectos! Y también Imperfectos. Aunque la variedad de los Perfectos sea rara avis, como lo son las trufas blancas comparadas con las negras y los espárragos silvestres frente a los de huerta. Lo único que no he hecho ha sido irme al campo.
Truman Capote en Plegarias atendidas (2001).
Traducción de Angel Luis Hernández.