“Las sociedades enfermas engendran monstruos”
Hoy parece obligado hablar del personaje en escena. El miedo corre como el agua, no hay rincón al que no llegue, y es contagioso. El hombre más poderoso del mundo, un megalómano, bárbaro sin límites, caprichoso y rencoroso va a dirigir los destinos de su país y del planeta. Cuando no hay escrúpulos, solo ansia desmesurada de poder sobre base de indolencia, el peligro come a la mesa. No hay sector de la sociedad o de la economía que no tema lo que viene. El último loco de la historia mundial, Adolf Hitler, aterró y devastó Europa, y no tuvo ni una centésima parte del poder que ahora tiene la nueva amenaza para la convivencia, la democracia y la justicia en el ámbito geopolítico mundial.
Repasando sus alegatos electorales se ponen los pelos de punta, además de las consabidas propuestas de construir un muro en México o deportar a once millones de sin papeles, (un personaje de sus características que tiene hoteles y casinos ¿tendrá en condiciones legales a todos sus empleados?), de permitir y fomentar el uso de las armas de fuego para el profesorado y su venta a quienes tengan antecedentes penales, de decir de las mujeres “las agarro por el coño”, o castigar penalmente a las que aborten en el país que más presume de libertades, pretende propulsar leyes sancionadoras de la difamación para ganar dinero con las condenas a periodistas que lo critiquen, la prensa opositora ya teme sus venganzas, y es que tiene poder para nombrar a los jueces, que son vitalicios y ahí quedarán cuando él se vaya. De hecho, en todas las esferas de la administración dispone de cuanto mil vacantes de altos cargos y funcionarios que puede rellenar con gente de su talante. En economía habla de aranceles, de cerrar fronteras y acabar con los tratados comerciales y los que controlan las emisiones contaminantes o de imponer a las importaciones de China una tasa del 45%. En cuanto a la OTAN se desentiende, dice que cada país se defienda, así que Putin se frota las manos.
Para una nueva conflagración mundial solo hacía falta un loco al timón. Nadie sabe cómo ha sido, nadie creyó que ganara, pero ahí lo tenemos a la expectativa de la barbarie que quiera desatar a su capricho. El futuro pinta feo. No hay quien pueda pararle los pies. Una vez más, el populismo ha fraguado en la ignorancia. De la primera dama…, hablaremos otro día.
Imagen: víanoticias
A vuela pluma de Elisa Docio, ahora también en "Curiosón", @2016