En toda su historia de superpotencia y de líder occidental los presidentes de USA han tomado contadísimas decisiones acertadas en política internacional. Cuando cayó el muro de Berlín y con él el comunismo de Europa oriental primero y la URSS después, y a pesar que Reagan y Bush se pusieron la medalla correspondiente, la realidad es que lo que derribo el muro fue la apertura de fronteras, años antes de su caída, de todos los países europeos con los países comunistas de la Europa del este, con la tremenda oposición de Carter primero y Reagan después.
Otros presidentes USA, como Roosevelt y Truman lideraron la creación de Yugoslavia justo después de la II Guerra Mundial, en base a un estado balcánico que se había creado entre muchas tensiones entre 1918 y 1926, y fue abolido después de ser invadido por los nazis, que encima se inició bajo el mando de un dictador procomunista, el mariscal Tito, pero como que lo que inventaron era algo así como una jaula llena de lobos, perros, jabalíes y conejos, a la muerte del dictador el invento estalló en una guerra sangrienta con un inmenso coste en víctimas y salvajadas. Los rusos con mayor inteligencia y los chinos con más agresividad lo tienen muy fácil cuando en asuntos internacionales tienen que vérselas con un ignorante norteamericano.
Algunos de estos y otros errores norteamericanos han sido de consecuencias devastadoras de las que el ciudadano norteamericano, normalmente interesado solo en lo que ocurre dentro de sus fronteras, a duras penas se ha enterado. Pero hace unos 15 días se produjo lo que en mi opinión es el peor estropicio causado por la estupidez norteamericana en materia de política internacional: la retirada del ejercito USA de Siria dejando a sus aliados kurdos, sin cuya efectiva colaboración jamás habrían liquidado el Estado Islámico, en manos del califa Erdogan, uno de los islamistas que tiene más claro el objetivo a largo plazo final de acabar con nuestra democracia, derechos y libertades para implantar la Ley Coránica.
Esta misma semana Erdogan y Putin han llegado a un acuerdo para que Turquía controle la franja de 30 Kms. al norte de Siria en su frontera con Turquía, acuerdo que supone el alto el fuego y el fin de la invasión turca e incluye la exigencia que los kurdos que todavía viven en la mencionada franja la abandonen en pocos días. La franja era territorio kurdo que incluye cuatro ciudades Kobani, Tal Abyad, Ras Al-Ain y Quamishli. Los ciudadanos kurdos de esta zona que todavía no han sido asesinados por Erdogan tienen que salir de ella a toda velocidad para que el califa Erdogan no complete con ellos la operación iniciada eliminando a sus paisanos.
Putin encantado porque la franja mencionada dejará de ser fuente de problemas por las continuas incursiones turcas persiguiendo kurdos, los kurdos pasan a apoyar el dominio ruso de la zona y lo hacen además con un más que justificado y profundo odio a los USA y a los países occidentales en general, y aunque las milicias del Estado Islámico han reaparecido al liberar Erdogan sus miembros bajo control de los kurdos, a Putin le da igual porque al contrario que USA y Europa tiene el tema islámico bajo control en Siria y en la propia Rusia.
El cretino de Trump encima dice que gracias a él se ha establecido un alto el fuego en la zona.
Si fuese norteamericano, aparte hacer lo posible por conseguir el impeachment o cese de Trump estaría muy preocupado porque los indicios de pactos secretos entre Putin y Trump anteriores al acceso de Trump a la presidencia no podría tener mayor evidencia que el favor que Trump le ha hecho a Putin traicionando a sus aliados kurdos y disparándose un tiro al pie de los intereses occidentales en Oriente Medio.