Trump comete cada vez más barbaridades que repercuten en la situación de Oriente Medio y de todo el mundo. Aparte las guerras comerciales que solo han servido para colocarnos cerca de una nueva crisis económica, su mayor barbaridad ha estallado en Oriente Medio.
Después de su traición a los kurdos, dejándolos a merced del ejército turco retirando el ejercito USA de Siria cuando los kurdos fueron decisivos en la victoria sobre Estado Islámico, hace unos días el Pentágono reconoció que los kurdos habían sido también decisivos para localizar a Abu Bakr Al- Baghdadi, líder de Estado Islámico que el ejercito USA eliminó, el incomprensible Trump no solo recibe al islamista radical de Erdogan en la Casa Blanca, un personaje cuyo principal deporte es asesinar decenas de kurdos cada día, sino que se deshace en elogios para el dictador y su dictadura hasta el extremo de afirmar que él es un gran admirador de Erdogan.
También soltó la barbaridad de que Turquía es un importantísimo miembro de la OTAN y un aliado estratégico de los USA, y esto lo afirma de un islamista que lleva defendiendo y apoyando a Estado Islámico desde que apareció y ahora ha liberado a sus miembros encarcelados por los kurdos aumentando muy considerablemente las posibilidades de reaparición de Estado Islámico, cuando además Trump es el único que se opone a que la OTAN sancione a Turquía por haber adquirido misiles rusos.
La prensa norteamericana en casi su totalidad ha dicho pestes sobre la relación Trump-Erdogan con frases como “How Erdogan played Trump (again)”, Como Erdogan engañó a Trump (de nuevo).
La actuación de Trump en relación con Siria y Turquía es tan incomprensible y demencial que, aunque no tengo la más mínima prueba de ello, estoy convencido que después de todas estas barbaridades la fortuna personal de Trump, ya muy elevada, se incrementará enormemente gracias a sus locuras por vía de compensación, que, aunque suene a barbaridad, es la única explicación que permite entender algo sus animaladas.
Lo de Bolivia tampoco se entiende, pero da toda la impresión que con Trump los USA han regresado a los métodos que utilizaba Henry Kissinger, un premio Nobel de la Paz que organizaba guerras, haciendo caer a los gobiernos de países latinos que se oponían al dominio económico norteamericano.
La principal razón por la que no entiendo lo de Bolivia es que Evo Morales es uno de los poquísimos, sino el único líder revolucionario suramericano que ha mejorado muy sustancialmente la economía del país.
Morales alcanzó el poder justo al inicio de 2006 después de una victoria aplastante en las urnas y para hacerse una idea de lo que ha mejorado el país bastan pocos datos. El PIB ha pasado de 39.784 millones de US$ en 2006 a 87.068 millones de $ en 2018 lo que supone un aumento del 118 %. Para dar una idea de lo importante del aumento en España en los mismos años pasó de 1.344 miles de millones $ a 1.864 miles de millones, un aumento del 38 %. El índice de pobreza del Banco Mundial que es una estimación del porcentaje de población que está en el nivel de pobreza o por debajo se situaba en 57 % en 2006 y en 2017 había descendido al 44 % y finalmente el índice de analfabetismo por las mismas fechas ha pasado del 20 al 5 %, pero Evo Morales nacionalizó la minería mayormente en manos norteamericanas, y Bolivia produce el 70 % del Litio que se consume en todo el mundo, mineral imprescindible para la fabricación de baterías y el futuro de la automoción es eléctrico y no a base de petróleo, y por esta razón un gobernante que lo ha hecho muy bien es apartado por un golpe de estado en base a un rumor de manipulación en el recuento de las elecciones, algo que en países como España ni se investiga.