Acabo de oír (y de escuchar) el discurso que dirigió Donald Trump luego de asumir como 45° presidente de los Estados Unidos de América. Y sus palabras me confirmaron algunas ideas sobre su futura actuación como mandatario más importante del mundo actual, estatus que en los últimos tiempos parecía haberse diluido significativamente.
La "supervivencia del más apto" es una frase propia del darwinismo social que en su sentido esencial, se refiere a la supervivencia de ciertos rasgos sobre otros que se reproducen en las siguientes generaciones, mientras que los otros rasgos tienden a desaparecer. El concepto fue acuñado por Spencer y Darwin.
Diversos autores consideran que la frase se ha usado en contextos que no son compatibles con el significado original, aunque otros señalan que desde el principio contenía una connotación social negativa que incitaba la supremacía de una raza o de una especie sobre las otras.
Trump ha vuelto a poner en el lugar más alto del altar nacionalista este concepto por el cual sus Estados Unidos de América ya es implícitamente y volverá a ser explícitamente el mejor país del mundo, una meta que puso en manos del pueblo "americano".
¿En qué posición deja al resto de las centenas de pueblos de este mundo que deberán conformarse con una ubicación solamente posible a partir de un segundo lugar? Habrá, como en todos los temas, tres posibilidades: neutrales, opositores o colaboracionistas. Todo dependerá de qué están dispuestos a ofrecer a EEUU en su carrera hacia el liderazgo total, algo que invocando la ayuda de Dios ha iniciado este día.
Trump no es ni demócrata ni republicano ni nada así. Trump es ciudadano del que considera el mejor país del mundo, algo que lo emparenta al Hitler que decidió fortalecer su Germania para vengar la derrota y las humillaciones consiguientes a la catástrofe que se llamó "Primera Guerra Mundial". Pero no es posible, pese a ese emparentamiento, comparar un Hitler ya quizá destruido con un Trump que apenas asoma en el panorama mundial. Semejanzas y diferencias se irán apreciando con el paso de los próximos meses o años.
De lo que sí me queda una importante dosis de seguridad es de que aplicará dentro y fuera de su país el concepto de la supervivencia del más apto porque no dudo que él cree que su nación es la mejor y, necesariamente, está llamada a ser primera, siempre y en todo.
A los emprendedores innatos y a los que decidan sumarse, en tanto acepten que flamee sobre sus cabezas el emblema de las barras y las estrellas, les marcó y seguirá marcando un objetivo: ser los mejores. Porque, como decía un deportista que conocimos, "el segundo no aparece en la fotografía", por lo que aparecer requiere incluirse en la del primero.
Cada empresario debe trabajar para ser el mejor, cada obrero debe procurar ser el mejor, cada estudiante de aprender lo necesario para ser el mejor en lo suyo. No habrá lugar digno para ningún segundo ni mucho menos para los que queden por debajo de ellos. La competencia se ha iniciado, ya está en marcha, y cada segundo perdido quizá sea irrecuperable. Desde EEUU las posibilidades serán inmejorables para lograr el éxito, fuera de EEUU todo se verá mucho más difícil o tal vez imposible.
¿Estás dispuesto a competir a ese nivel y con esos objetivos? A eso me sonó el grito de guerra de Donald Trump. Ahora dependerá de tu decisión.
Prof. Daniel Aníbal GalatroEnero 20 de 2017Esquel - Chubut - Argentinacomplejoculturalgalatro@gmail.com