Que el presidente Donald Trump siempre ha defendido los valores clásicos y tradicionales de los estadounidenses era bien conocido por todos. De hecho, esta defensa firme de los valores más genuinos, que incluyen la vida, la libertad, la economía de mercado, la libertad religiosa, la ley y el orden, la defensa fuerte y la generosidad para con los demás, se ve con más nitidez a medida que los candidatos demócratas a las elecciones de 2020 abren sus bocazas para opinar de esto y aquello. Y es que los demócratas están en una carrera hacia la extrema izquierda que amenaza con destruir el Partido Demócrata.
Por supuesto, estas son buenas noticias para Trump. En tanto que su postura sigue siendo la misma de siempre, en defensa de los valores americanos, los demócratas abrazan ideas y posiciones cada vez más radicales y socialistas, que están en contra de los valores que sienten y defienden una mayoría de estadounidenses.
Trump gana a los demócratas y sus ideas socialistas con hechos y promesas cumplidas. ¿Cómo van a competir con políticas socialistas y convencer a un electorado que huye de las mismas? Muchos hispanos e inmigrantes que votarán en 2020 han huido de esas políticas socialistas. No parece que vayan a votar esas políticas que ahora defienden los demócratas.
En cambio, se alza Trump con políticas de éxito probado que defienden los mejores valores estadounidenses. Ante unos candidatos que defienden la nacionalización de industrias, Trump propone mayor competencia. Ante el derroche de miles de millones de dólares que platean los demócratas con programas como el New Green Deal, Trump apuesta por una economía real y eficaz con trabajadores competentes que no suponga una carga de mayores impuestos a los ciudadanos.
Ante unos candidatos demócratas, cada vez más radicalizados, que proponen subidas masivas de impuestos, abolir el colegio electoral, conceder a los inmigrantes ilegales y delincuentes el derecho a votar, fronteras abiertas, ofrecer beneficios de salud, educación, etc, a los inmigrantes ilegales... Trump se compromete y baja los impuestos a ciudadanos y empresas, defiende el sistema de voto que contempla la Constitución, refuerza la frontera y controla la inmigración ilegal.
Los demócratas pretenden captar el voto latino de cubanos y venezolanos de lugares como Florida, pero ignoran que muchos de esos votantes huyeron de esas políticas socialistas bajo los regímenes de los Castro y Nicolás Maduro. A pesar de los extensos abusos contra los derechos humanos y las destructivas políticas socialistas de estos regímenes, muchos demócratas han decidido apoyar a los dictadores en lugar de respaldar las sanciones del presidente Trump y apoyar a la democracia en Latinoamérica. Es lógico pensar que esos votos latinos irán para el presidente Trump.
A medida que escuchemos las propuestas e ideas radicales de los candidatos demócratas, las comparamos con los éxitos que Trump ha logrado para nuestro país y la diferencia no puede ser más favorable para el presidente. Trump prometió revitalizar nuestra economía y traer empleos de vuelta a Estados Unidos, reducir las primas de los seguros de salud y mejorar la transparencia de los costos de atención médica, fortalecer nuestra frontera y proteger a nuestras comunidades. Trump ha cumplido con sus promesas de una forma enérgica.
Mientras que los demócratas discuten sobre quiénes aumentarían más los impuestos, los ciudadanos podemos dar gracias por los recortes fiscales y la desregulación llevada a cabo bajo el presidente Trump, que nos han proporcionado 6 millones de nuevos empleos y una tasa de desempleo del 3.6 por ciento, la más baja desde 1969.
Mientras los demócratas hablan de un desastroso control del gobierno de nuestro sistema de cuidado de salud, los ciudadanos recordamos el éxito de la Administración Trump para reducir las primas de salud y bajar los precios de los medicamentos recetados.
Mientras los demócratas se comprometen a abrir nuestras fronteras, los ciudadanos recordamos el muro fronterizo en construcción y el éxito de la policía en eliminar a las peligrosas pandillas.
Los estadounidenses sabemos que las propuestas radicales de los demócratas son el problema, y nunca son la solución. Por eso, seguiremos luchando para mantener a Trump en la Casa Blanca, que es lo mismo que conceder a los ciudadanos el timón de sus vidas en vez de a un gobierno omnipotente.
El presidente Trump ha dicho reiteradamente: "Estados Unidos nunca será un país socialista". Y es cierto. Los votantes estadounidenses nunca lo permitirán. En su lugar, enviaremos a los demócratas a casa y reelegiremos al presidente Trump en 2020.