Juego, luego aprendo.
Es uno de los principios básicos de la educación. Y por desgracia, una vez que los niños llegan a primaria. Éste concepto parece que lo olvidan la mayoría de los profesores. De hecho, muchos profesores de primaria, sienten que si ponen a jugar a los niños, están perdiendo el tiempo y que no están haciendo bien su trabajo. Nada más lejos de la realidad.
El aprendizaje por medio del juego, no es algo único de los niños hasta los 3 años de edad. Sino que dura toda la vida. Es la sociedad, la que ha marcado el sistema educativo. De una forma que se pueda medir a todos los niños por igual. Algo que es un error tremendo. Como bien hemos visto a lo largo de la historia en cientos de casos de genios, que fracasaron en los estudios. y lo que es más grave, dentro de la rama donde después serían los mayores genios. El caso más sonado es el de Albert Einstein, aunque puedes encontrar todos los que quieras.
El juego, no debería de dejarse de lado en toda la etapa educativa. E incluso en los cursos de reciclaje que hacemos de adultos. Ya que está más que demostrado, que lo que aprendemos por medio del juego, se gravará en nosotros de una forma más contundente, siéndonos más
Consejos para potenciar el juego.
Como decíamos, los niños no necesitan a nadie para que les enseñe a jugar de una forma que les produzca un aprendizaje. Pero, si que podemos ayudarle a mejorar los resultados obtenidos y abrirle nuevos caminos e ideas para que el mismo vaya investigando y mejorando sus propios juegos. Para eso tenemos muchos modelos que podemos trasmitir al niño.
- Déjales siempre algo de libertad. Cuando marcamos las normas del juego, es bueno que no lo dejemos todo totalmente cerrado. Ya que ese poquito de libertad, conseguirá que el niño piense e imagine nuevas posibilidades. Si no le dejamos parte de participación en la organización. Le estamos cortando las alas, y estamos evitando que piense por si mismo.
- Guíale, pero que él abra el camino. No se trata de decir vamos a jugar a… y que el niño se las apañe. Debes ir tirando del hilo poco a poco. Siempre dándole algo en lo que pensar. Y no nos parecerá mal la forma que tenga de interpretarlo. Si no es posible, tan solo le explicaremos por que no. Y será el niño quien tendrá que darle vueltas para hacerlo viable y solucionando los problemas que le hemos planteado por los que no funcionaría el juego.
- Forma equipos. Hace unos años, el trabajo en equipo no se valoraba en ningún trabajo, siendo los objetivos lo único importante. Por suerte, las empresas ya no piensan así. El trabajo en equipo, al igual que el juego en equipo. Fomenta un gran número de cualidades, como es la empatía. Pero, es muy importante que controlemos desde fuera el comportamiento que tienen dentro del grupo. No dejaremos que unos niños se aprovechen de los demás (suele pasar) si tenemos un niño tímido, ponle a dirigir un equipo. Y es importante, que refuerces sus decisiones aumentando su autoestima y fortaleciendo la imagen que tiene de si mismo. Lo que le ayudará a enfrentarse el día de mañana al mundo.
- Perder no es malo. En una ocasión, escribía un artículo sobre la importancia de perder en la infancia. Donde explicaba, todo lo bueno que un niño puede sacar de una derrota. Que más que bueno es necesario para estar preparado para el mundo.