En Tsugumi se ve la misma habilidad narrativa, eso sí: María (sic) Shirakawa deja atrás su vida en la península de Izu al ir a la Universidad , y rememora sus recuerdos en los que es omnipresente su amiga Tsugumi, , una chica enfermiza y maligna. Poco más: un triángulo medio esbozado, una presencia inquietante pero que, a la postre, sale de ninguna parte para llegar a ningún lado.
Porque Tsugumi es eso, rarita también. Nothing else.
He leído cosas peores, pero me parece un mero ejercicio literario, bastante banal e intrascendente.