23 marzo, 2015 por Paco Deja un comentario
TTIP, acrónimo del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y Estados Unidos es un tema del que se lleva ya hablando unos meses y del que se va a empezar a hablar mucho más de ahora en adelante.
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¿Pero qué es el TTIP? ¿Por qué existe tanta polémica en torno a él? ¿En que nos va a perjudicar a los ciudadanos? Hoy en este blog en el que solemos tratar temas relacionados con la ecología, el medio ambiente y la naturaleza en general, vamos a hablar de comercio, economía y problemática social, para tratar de explicar de manera sencilla este tratado comercial entre Estados Unidos y Europa, que se está negociando actualmente en el mayor de los secretismos y cuyas consecuencias podrían cambiar sustancialmente nuestra manera de vivir en un futuro no muy lejano, ya que seguramente para finales de este año 2015 se podría cerrar el acuerdo.
Y es que el TTIP, es un tema que nos preocupa mucho, y consideramos que la difusión de la poca información que sabemos sobre él, y la gran transcendencia que va tener para nuestras vidas y nuestra ecología, convierten a este tratado en una seria amenaza que debe ser conocida, difundida y discutida. Ninguno nos vamos a librar de él, a no ser que lo remediemos.
Desde la Primera Guerra Mundial se han producido varios intentos de unir Estados Unidos y Europa (la Unión Europea), el antecedente más cercano lo podemos encontrar en el fracasado Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI) de 1998 o en la poderosa y oscura Comisión Trilateral, creada en 1973, organización internacional privada para fomentar una mayor cooperación entre los Estados Unidos, Europa y Japón.
¿Pero qué es el TTIP? ¿En que nos va a perjudicar a los ciudadanos? #NoalTTIP Click Para TwittearEl TTIP como cualquier acuerdo, tiene sus objetivos marcados, y estos no son otros que los de las personas más poderosas de ambos lados del Atlántico. Por un lado este tratado pretende evitar la injerencia o la intervención de los gobernantes en los intercambios comerciales, reducir y eliminar aranceles y así integrar las economías a ambos lados del charco.
Este Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y Estados Unidos comenzó a negociarse en el año 2011 bajo un gran secretismo. Pero ¿por qué esta forma de negociar? ¿Tal vez pretenden ocultar algo, algo que no conviene que se sepa por todos y cada uno de nosotros? La UE se comprometió a aportar más transparencia sobre el tema, pero está haciendo todo lo posible para que no se filtren los términos del acuerdo. Este es la es la cuestión.
La realidad gira entorno a que las inversiones que realiza Estados Unidos en Europa son tres veces mayores que las que realiza en el resto del planeta y las que se producen desde Europa en Estados Unidos son ocho veces mayores de las que el viejo continente realiza en el resto del mundo. Es decir, casi la mitad del flujo económico mundial se centra entre Europa y Estados Unidos, situación favorecida tras la caída del muro de Berlín y el bloque comunista de Europa del este, fortaleciéndose con la actual crisis económica.
El TTIP se convertirá en una fórmula para dotar de poder absoluto a las grandes multinacionales.…Click Para TwittearLa eliminación de las barreras comerciales para fortalecer el libre comercio podría suponer la friolera de más de 100.ooo millones de euros para cada una de las partes si el TTIP llega a cerrarse, y según los cálculos de los negociantes, la renta de las familias podría verse aumentado en 600 euros y se crearían millones de puestos de trabajo.
Llegados a este punto os preguntaréis ¿es esto tan malo? Aparentemente no, pero cuidado con las apariencias, este aumento de renta tiene su cara negativa, y es que el precio que hay que pagar es terrible.
Las voces críticas que se oponen al TTIP exponen multitud de críticas. Entre ellas está la Universidad de Massachusetts, que en un reciente informe afirmaba que, de celebrarse el acuerdo, este supondría la destrucción de 600 mil puestos de trabajo en Europa y daría lugar a una pérdida de ingresos de hasta €5.000 por persona al año, siendo un acuerdo desastroso para Europa, cuyos estados miembros verían descender, como consecuencia de esto, sus ingresos tributarios vía impuestos de manera severa.
Pero la cosa no queda ahí, según se van filtrando lo términos del acuerdo se va sabiendo, por ejemplo, que los estados podrían ver mermada también su soberanía en pro de la entidades comerciales privadas que por gracia de los acuerdos del TTIP podrán denunciar a los estados, en organismos creados al efecto, cuando las normas comerciales sean contraria a sus intereses y al libre comercio.
Es decir, el TTIP se convertiría en la expresión por escrito de una fórmula para dotar de poder absoluto a las grandes multinacionales. Una deriva hacia la pérdida de control y de poder de los ciudadanos y de los gobiernos que los representan, en definitiva un recorte a la democracia.
El tratado abriría, también, las puertas de par en par a las privatizaciones en masa. La educación, la sanidad, las mutuas, los servicios de agua aparecen como objetivos a privatizar en los documentos que se han filtrado tras reciente negociaciones, sobre que los gobiernos locales también perderían e control que recaería en manos de lobbies privados.
Por otro lado el TTIP supondría limitar o eliminar el sistema europeo de protección a la salud y al medioambiente, mucho mayor que el de Estados Unidos y que supondría un estorbo al libre comercio y al todo vale que dictan la transnacionales. Esto afectara a la gestión de residuos tóxicos, a miles de productos cosméticos prohibidos en Europa por no cumplir con los estándares sanitarios que en Estados Unidos son mucho más laxos y que de este modo serian automáticamente autorizados en el viejo Continente.
Por supuesto el TTIP seria abrir la puerta de par en par a los cultivos transgénicos, actualmente prohibidos en toda la UE, menos en España y Portugal.
Por supuesto la protección a los trabajadores y las prácticas sindicales fuertemente arraigadas y consolidadas en Europa suponen una traba para poder cerrar el acuerdo. Rebajarlas, mermarlas o eliminarlas es algo que también se está negociando, una nueva ola de reformas laborales en las que las multinacionales dictarían sus propias normas.
Para terminar, señalamos un último aspecto que afecta nuestra privacidad y es que el TTIP podría recoger acuerdos para el libre traspaso de datos de clientes entre empresas.
En conclusión el TTIP podría suponer un acuerdo peligroso para las libertades, la democracia, la protección, la salud y el medioambiente de los todos nosotros. Quedaríamos indefensos, muchísimo más de lo que lo estamos hoy en día, ante el poder económico.
Nuestro derechos como consumidores quedarían relegados a un segundo plano, primando los derechos de los intereses de lo lobbies, que marcarían unas nuevas normas en la manera de regular los mercados, en la manera de vivir y de trabajar de todos nosotros. Estariamos en manos de sus intereses y sus objetivos. La democracia dejaría de tener valor, el voto, las constituciones, las leyes nacionales perderán su rango y pasaran a un nivel inferior, regidas por una nueva constitución supranacional, hecha a mediada de la tiranía de las grandes multinacionales, que se llamará TTIP.
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