Poesía inédita de Luis Hernández Alfonso, dirigida a su esposa, María de los Dolores Rodríguez Cárdenas (1898-1994), y fechada en la Cárcel de Baza el 17 de mayo de 1939. La carta a la que hace referencia —que no se ha conservado— era, al parecer, la primera que, desde su encarcelamiento a finales de marzo tras la caída de Baza, le traía noticias del paradero de su esposa y de su hija, quienes tras pasar la mayor parte de la Guerra en Valencia, ya se encontraban a la sazón sanas y salvas en Madrid; a dicha carta también hace el poeta referencia implícita en su anterior composición titulada Ahora sé dónde estás, que no me olvidas.
En el reverso de la cuartilla empleada para escribir la presente poesía, figura, en sentido contrario al de la escritura de ésta, el primer verso, igualmente manuscrito a lápiz, de una posible composición inacabada: Pradera de San Isidro. Si se piensa en la fecha de la composición, tan cercana a la festividad de san Isidro; en el amor que el escritor de Buñol profesó siempre a Madrid —ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida—, y en los recuerdos que la carta de su esposa madrileña pudo suscitar en él, fácilmente se entiende su intento de evocar los festejos populares de épocas más félices en honor del patrono de la capital de España.
El manuscrito autógrafo a lápiz de la poesía que nos ocupa, junto con dos copias mecanografiadas coevas, se conserva en el archivo familiar, y ha sido fotografiado por la profesora Aurore Ducellier, a quien va toda nuestra gratitud.
Tu carta vino a traerme
al fondo de esta prisión
trazos de tu pensamiento,
latir de tu corazón[.]
La angustia que me consume
tu cariño adivinó
—que es, para males del alma,
el infalible doctor—.
Hoy es el aire más puro,
brilla como nunca el sol
y el cielo —que es mi horizonte—
tiene más bello color.
Vino, como una paloma
en mágica anunciación,
la carta que mi deseo
tantos días esperó.
Cárcel de Baza = 17-V-39
Fotografía: Aurore Ducellier.
Fotografía: Pablo Herrero Hernández.
Fotografía: Pablo Herrero Hernández.