Tu Ciudad

Por Ciryab
La Hoguera
“Esta plazuela con sabor a viejo patio es uno de los lugares más íntimos y secretos de la ciudad”Ricardo MolinaSupongo que todas las ciudades tienen un lugar íntimo y secreto. El poeta usó los adjetivos precisos para este lugar de Córdoba en el que uno puede sentirse en un patio, en el viejo patio de su infancia

El lugar -próximo al barrio de la Mezquita- lo tienen bien aprendido los guías turísticos, así que si estás en pleno trance de paz y sosiego, no te extrañe ver como de pronto se pone el cartel de completo en el reducido espacio, y el guía del grupo rompe la armonía del lugar 
Sugiero acceder a la calle de la Hoguera  por la de Céspedes. La cal y la luz sorprenderán a quien se adentre en este sinuoso trazado por primera vez. Y hasta puede que no sepamos si estamos en Córdoba o en alguna ciudad de Marruecos.(Mezquita de los Andaluces  -Universidad Islámica Internacional Averroes de al-Andalus-)El contraste de la luz sobre la cal 
… la penumbra de lo íntimo 
… las distintas perspectivas


… harán –si eres capaz de hacer el paréntesis en lo cotidiano por un momento- que el lugar te muestre su otro tiempo, su belleza y sensualidad… y hasta puede que oigas el silencio.
En el pequeño patio, un arco nos invita a desembocar en la mínima plaza Miguel del Moral (antes de la Hoguera) No se sabe a qué se debe el nombre. En ella está la casa del pintor de Cantico
La mínima plaza me resulta de poco interés. No me gusta por motivos varios, pero sobre todo por el descomunal letrero del nombre. Si el pintor levantara la cabeza, seguro que arrasaría el letrero y le pegaría fuego a la plaza para que recobrara su antigua denominación.
Miguel del Moral hizo colocar en la fachada de su casa una columna en la que se puede leer: "SOY DE DOM LVIS DE GONGORA ANNO DNI 1627".El recorrido de la Hoguera termina en la cofrade, turística y horrenda calle Deanes, plena Judería. El Pintor, viendo las barrabasadas cometidas en el barrio en su tiempo (hoy se siguen cometiendo) lo rebautizo llamándole la “Jodería”… razón llevaba Suele pasar, transitamos por la ciudad con la urgencia y monotonía de lo cotidiano. Unas veces por el tiempo, ¡Ay! dichoso tiempo, o tal vez porque no interesa el asunto, lo cual es respetable. Mil veces pasamos por lugares y nunca nos paramos –al que subscribe le ocurre- en reparar  en ese detalle, en el todo  de una calle, de un monumento… pero es comprensible, conocemos nuestra ciudad, se podría decir, con los ojos cerrados (o creemos). Pero un día te da por ir al cetro de tu ciudad, mirar para arriba, y tener la sensación de que estas en otra ciudad. Y, hasta puede ser divertido.