Tu conversas ¿y yo?

Por Tubabu @ArtesanoCoach

Mi amigo Luis me contó el otro día que le costaba encontrar la forma de empezar una conversación. Además de los típicos del tiempo, deporte y poco más…. Le costaba sacar temas de conversación y por eso se mostraba pasivo y solo respondía si le preguntaban.

Y claro, como últimamente el coaching sirve para todo… jajaja, me dijo que charláramos sobre ello. Le explique que lo mejor que podíamos hacer es hablar sobre las soluciones para comenzar una conversación y no hablar de su problema. De esta forma, se consigue que el subconsciente este “oyéndonos” y se quite los “tapones”.

La mejor forma de conversar es la naturalidad. La espontaneidad es tu mejor aliado.

Hablarle al pescadero de carnes tiene poco sentido. Salvo que antes fuese carnicero. Si te aprendes frases hechas y las recitas cual loro solo te restaría naturalidad y la otra persona lo percibiría.

Hace pocos días me llamo un teleoperador para venderme un servicio de su empresa. A las pocas preguntas que le hice, me recitaba unas frases preestablecidas que le restaban valor a sus palabras. Evidentemente, no le compré nada.

Una buena práctica es comenzar conversaciones con desconocidos. Eso te dará seguridad cuando quieras comenzar una conversación, con alguien que te interese.

Con estas pruebas, estás saliendo de tu zona de confort. La haces más grande al practicar tu “guion natural y espontáneo”  para hacerlo muy tuyo.

Desde ahí aparecen las preguntas de tu coach:

  1. ¿Qué quieres conseguir con la conversación?
  2. ¿Para qué te sirve conversar con esta persona?
  3. ¿Qué te falta para conseguir comenzar esa conversación?

En realidad, lo único que te puede crear alguna dificultad son tus expectativas. Cuando te propongas no tener expectativas, poco puedes perder. Hay muchas personas con las que conversar.

Tu objetivo es solo tuyo y lo puedes alcanzar con cualquier persona.

¡Hoy no te pregunto nada!

Este post Tu conversas ¿y yo? aparece en El arte del coaching.