No estoy hablando de cuántos libros leíste, ni cuántas óperas fuiste a ver – no me refiero a esa cultura…
Hablemos de cultura como costumbres de tu casa, tu familia, o tu país: ¿alguna vez te pusiste a pensar en cuánto influyen ciertas costumbres locales en tu peso?
Un verano cuando yo ya vivía en Europa me encontraba en la costa argentina, y escuché una conversacion que me dio risa: se trataba de un grupo de chicos jóvenes que parecían tener un presupuesto limitado para sus vacaciones, y uno los estaba convenciendo para comer “como en Europa”: cenar a las 5 de la tarde juntando almuerzo y cena, para ahorrar dinero. “¡Se puede!” les decía “sólo quedan 3 horas, desayunaron a las 11, pónganse las pilas y aguanten”, y otro respondia “¡pero son las 2 de la tarde, quiero una hamburguesa!”.
No estuve en muchos paises de Asia, pero en Singapur recuerdo que había sopa de fideos y dim sum para desayunar. El desayuno “full English” tiene salchichas, bacon, champignones, tomate, y hasta patata frita (hash browns). En Costa Rica me han ofrecido desayunar “gallo pinto”: arroz, frijoles, huevos. A más de una le debe esto resultar rarísimo, lo de comer tanto, y salado, en el desayuno, porque muchas venimos de culturas de café, tostada y mermelada.
En Bélgica, o por lo menos en la parte flamenca donde yo vivo, diferencian el “comer caliente” del el “comer frio”, y solamente “comen caliente” una vez por día porque “comer caliente dos veces por día engorda”, dicen ellos. Cuando yo llevo a la oficina de mi casa los restos de la cena para calentar en el microondas, nunca falta alguien que me pregunte si a la cena voy a “comer frío”. Admito que estos comentarios me irritan, y que la costumbre que tienen me irrita: la comida es comida, y no importa la temperatura. Un sandwich de los que comen ellos cargado de mayonesa es frío, y engorda más que una pechuguita de pollo grillada con verduras que comas caliente.
En otros países sin hacer distinción de temperatura del alimento, se hace una comida “más pesada” y otra “más liviana”, por ejemplo en España tengo entendido que comen fuerte entre las 2 y 3 de la tarde, primer plato, segundo plato, postre, y luego tardan en tener hambre, y por la noche comen tarde y, en teoría, más liviano – por ejemplo nunca cenarían una paella o un cocido, o por lo menos eso me han dicho mis colegas de la oficina de allí. En Argentina hasta donde yo recuerdo el mediodia o por la noche se come igual, no se considera una comida más pesada y otra más liviana, pero puede ser que esa haya sido una costumbre de mi casa.
Y luego tenemos el viejo dicho de que hay que “desayunar como un rey, almorzar como un príncipe, y cenar como un mendigo“, un refrán que alude a que el desayuno debería ser la comida más importante del dia, seguida por la del mediodia, y finalmente comer livianito por la noche.
Esta costumbre no es fácil de aplicar en la vida diaria, pero después de mucho experimentar y confirmar el efecto en mi peso al día siguiente, he llegado a adoptar los siguientes hábitos:
- Desayuno bien: no diría que como una reina, porque no tengo mucho tiempo, pero entre las 7:45 u 8:00 como de manera que me quede llena toda la manana, lo que mejor me resulta es un porridge (gachas) de Quaker con rodajas de banana, y para darle un toque especial nueces y un poco de chocolate, que mezclo y se derrite al estar el Quaker caliente… mmmhhh es riquisimo. Lo importante es que no me agarra ningun bajon de hambre a mediamañana como antes cuando me salteaba el desayuno, y que cuando llega la hora de almorzar, en mi caso a las 12:30 aproximadamente, puedo elegir con calma lo que voy a comer, en vez de estar desesperada de hambre.
- Almuerzo bien: si como sandwich, que sea una super baguette con carne, pollo o atun, y mucha verdura, acompañada de una sopa. Si es sushi que sea con un caldo miso y ensalada con algas wakamé. Si es pasta, que sea con ensalada. Siempre con ensalada, pero siempre una buena porción, para no estar con hambre al rato.
- Raramente meriendo: Como me aseguro de comer bien al mediodía, raramente tengo ganas de picar algo por la tarde. En general estoy muy ocupada por la tarde y esas horas se me pasan volando de todos modos, para dejar todo listo y poder irme a las 17:30. Pero de llegar a darme hambre, y tentarme con alguna galleta, siempre acompaño lo que como con fruta fresca.
- Ceno temprano: mi esposo llega antes a casa, y prepara la cena, luego yo llego entre 18:30 y 19:00 y cenamos juntos a esa hora. Antes me resultaba ridículo cenar tan temprano, y me resistía a abandonar mi cultura, pero desde que empecé a adelgazar me di cuenta de que me iba bien comer temprano y dejar algunas horas antes de ir a dormir, alrededor de las 22:00
Mi propuesta no es que cambies tu cultura, sino que abras la mente a otras posibilidades, y experimentes en tu vida qué tal te resultaría algún pequeño cambio. Yo me peso todos los días no para controlarme ni para obsesionarme, sino para aprender: ¿cómo se refleja en el peso lo que hice el día anterior?
El peso diario es una variable ideal para experimentar con otras costumbres, y descubrir qué le cae mejor a tu cuerpo.
Sin criticar las costumbres de ningún país, ni aconsejar a nadie que cambie su cultura, simplemente considera la posibilidad de experimentar pesandote cada dia, y jugando con las cantidades de comida a cada hora, a ver si puedes sacar alguna conclusión.
En cuanto a los chicos que escuché aquella vez en la playa, los que intentaban juntar almuerzo y cena en una sola comida a las 5 de la tarde, no diría yo que es la forma de comer “en Europa“, pero no esta muy lejos de lo que algunos, como mis suegros, hacen en Europa del norte, y lo he experimentado en el invierno con muy buenos resultados: eso sí, tiene que ser de noche a las 4 y que te den ganas de irte a dormir a las 8, porque sino te da hambre despues… cuando se dan las condiciones, a mi me ha ido muy bien, y lo intento seguir a veces los fines de semana de invierno.