¿Tú de mayor qué quieres ser?

Por Calvodemora

Se nos dice tantas veces qué queremos ser de mayor que no acabamos nunca de elegir bien. Incluso cuando creemos haber atinado con el oficio, pensamos que quizá hubiea otro en el que nos manejaríamos mejor o que nos reconfortaría de un modo más completo. Es una de las preguntas que evito cuando doy clase en el colegio. No hace falta que piensen en el futuro o, al menos, en ese tipo de futuro, tan doloroso. Algunos serán lo que deseen y otros, por mucho que se empeñen, no alcanzarán jamás sus sueños. Se olvidan, sin embargo, otras preguntas, que se obstinan en dilucidar el futuro laboral o que no buscan únicamente ahondar ahí, en lo que seremos, sino en cómo vamos a ganarnos la vida. Se debería preguntar sobre cómo seremos, en qué lugar del mundo nos gustaría posicionarnos. Y la escuela, en cierto modo, es la que forja esa voluntad primera del carácter, la que estabula los parámetros, la que nos pide que miremos ahí, buscando respuestas a si queremos ser solidarios o generosos o comprensivos, si aceptamos a quien no viste igual que nosotros o no se expresa como nosotros o no piensa al modo en que lo hacemos nosotros. En ese respeto al otro es en donde nace la verdadera educación cívica. Luego vendrá si en el futuro seremos ingenieros, camareros o violinistas. También le incumbe a la escuela acercar la persona a su desempeño laboral, pero se podría rebajar la fiereza con la que se formula la pregunta. ¿Tú de mayor qué quieres ser