Tu evangelio será mi vida…

Por Perfumedecristo R. Elisabet

De Santa Teresa del Niño Jesús todos tenemos necesidad.” (S.S. Juan XXIII)

“Aunque fue llamada a la vida contemplativa, Teresa del Niño  Jesús vivió en  plena sintonía con la realidad misionera de la Iglesia universal.  Su máximo deseo era amar y hacer amar al Señor, trabajando para la glorificación  de la Iglesia y la salvación de las almas, como afirmaba en la oración en que se  ofrecía a sí misma como víctima de holocausto al amor misericordioso.

La experiencia de la pequeña Teresa representa un camino singular de entrega a  la causa de la evangelización, que se enraíza en el itinerario de santidad,  requisito indispensable de toda vocación misionera. Como recordé en la encíclica  Redemptoris Missio, “la vocación universal a la santidad está estrechamente  unida a la vocación universal a la misión. Todo fiel está llamado a la santidad  y a la misión. Esta ha sido la ferviente voluntad del Concilio al desear, “con  la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia, iluminar a  todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda criatura”. La espiritualidad  misionera de la Iglesia es un camino hacia la santidad” (n. 90)”.