Tu fantasma es un turista japonés

Por Urbana

Por Urbana Luna


   Hasta ayer tu fantasma se me aparecía a diario. Por la mañana paseaba entre las mesas del bar donde desayuno. El gesto chulesco, los andares rápidos. Como tú.


   Por la tarde me esperaba a la salida del trabajo. Incluso  se venía a tomar copas con mis colegas. Ellos no lo veían pero cuando alguno intentaba cortejarme, tu fantasma me miraba con cara de pena. Igual que hacías  tú cuando deseabas algo.   Tu fantasma era como un turista japonés. De pronto le descubría entrando en un museo;  al minuto siguiente,  saliendo de un hotel. Un rato después cruzaba por un paso de cebra cargado de bolsas.  Dos calles más allá subía a un taxi. Yo, por el contrario, era una Penélope ociosa. Ni tejía ni cantaba, solo dejaba pasar el tiempo sentada en los bancos del parque o en las sillas de las terrazas. Y para andar usaba zapatos de tacón.El movimiento era mi problema, por eso decidí hacer un cambio radical: me compré unas zapatillas y tiré los tacones. Con un poco de pereza abandone el sofá y me fui de compras. Esta novedad alertó a tu fantasma, que comenzó a seguirme por todo el centro comercial. Se quedó mirando con disimulo desde el otro lado del escaparate. Frunció el ceño, su expresión se volvió feroz.  Ya sabes, ese mismo rictus que se dibuja en tu frente cuando algo se te va de las manos.   Al atarme los cordones del nuevo calzado, mi condición física mejoró. De un salto me planté sobre la acera, dispuesta a exigirle a tu fantasma que desapareciera de mi vida, pero no pudo ser, poco antes de alcanzarle se transformo en aire, dejándome como recuerdo el aroma de tu aftersave.

   Sabemos que los fantasmas están destinados al olvido, eso me anima, pero mientras llega el futuro exploro la ciudad sin descanso. Bajo hasta los andenes del metro, subo a las azoteas más altas, cruzo las calles con el semáforo en rojo. Ahora soy yo la que le persigue.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *