Tu marca eres tú

Publicado el 09 abril 2014 por Lorena White @lorenagwhite

Desde que trabajo en el mundo de los medios y la publicidad, he aprendido varias cosas que en un principio creía poco importantes o me sonaban a chino. Después, poniéndolas en práctica en mis propias carnes y habituándome a escucharlas, me he dado cuenta de que algunas son bastante importantes, sobre todo en el caso de la comunicación, los blogs, internet y el mundo profesional tan digitalizado que nos rodea hoy. Una de esas cosas es el concepto de “marca personal”, que por muy raro que suene es simplemente aquello que nos define, que nos diferencia, en lo que destacamos, aquello que aportamos nosotros y nadie más que nosotros. En definitiva, lo que nos hace diferentes del resto.

Si tienes un blog, puedes hacerte algunas de estas cuestiones. Si fueras un lector objetivo, ¿por qué entrarías a leer tu blog? ¿Qué valores podrías destacar de él? ¿Y de su autor? ¿Habla con su propia voz? ¿Tiene su propio estilo? ¿Explica las cosas de tal o cuál manera? ¿Y qué te aportan los contenidos?

Podríamos enumerar cientos de miles de preguntas a las que un lector, sin querer, responde cuando toma la decisión de visitar por primera vez un blog o de seguirlo. Es cierto que casi todo el público objetivo entrará por casualidad, pero una vez que esos lectores han llegado, ¿qué crees que puedes aportarle para que se quede? Casi todo lo dicho hasta ahora apunta a lo mismo: tu marca personal.

Aunque creas que no tienes nada que puede diferenciarte del resto, sí lo tienes. Tu marca eres tú. Otra cosa es que no lo apliques a ningún aspecto de tu vida o que no la aproveches o la desarrolles, pero la tienes. Al igual que todo el mundo tiene una manera de hablar, una personalidad diferente y unos gustos diferentes (aunque existan afinidades con otras personas), todo el mundo tiene su propia manera de, si se dedicara a la comunicación o a alguna actividad creativa en general, diferenciarse.

A pesar de los muchos estudios, manuales y entradas de “ayuda” para definir la marca personal que he leído, al final yo resumiría, si alguien me preguntara cómo podría encontrar su marca, a cuatro preguntas clave:

QUIÉN ERES: Es lo primero, conocernos para saber cuáles son nuestros puntos flacos y fuertes. En el caso de escribir en un blog, es importante. Ya hablamos por aquí de lo importante que era para un lector leer a una persona, no a un ser indeterminado. Saber que hay alguien detrás de las letras, aporta valor añadido. Te recomiendo, si quieres descubrir tu marca personal, que te estudies detenidamente. Seguramente creas que eres quien mejor te conoce, pero a lo mejor llegas a sorprenderte.

QUÉ TE DEFINE: Esta pregunta va un poco en sintonía con la anterior. Establecer quién eres es casi tan fundamental como definirte. Si te pones a definir la marca de Coca-Cola, seguro que se te ocurren varias palabras clave como refresco, burbujas o rojo. Intenta elaborar una lista de conceptos con los que quieras que se te identifique ya seas escritor, comunicador, pintor o fotógrafo. Esos conceptos terminarán siendo por los que alguien te recuerde, por los que tu marca (y en consecuencia, los contenidos de tu blog/obras, etc.) será recordada.

QUÉ APORTAS: Es fundamental estar en esta vida y aportar algo. Porque si no, no seríamos humanos con poder de imaginar, sentir, expresar e inventar; seríamos helechos o piedras. Aunque creamos que son cosas pequeñas que no le importan a nadie, aunque creamos que a ningún lector despistado puede interesarle lo que aportamos o decimos, es importante preguntarnos a nosotros mismos qué podemos dar. Y si eso que podemos dar no lo ha dado nadie antes o encontramos una forma de hacerlo de manera original, diferente e inolvidable, mucho mejor.

POR QUÉ ESTÁS AQUÍ: Una vez que tienes claro quién eres, qué te define y qué aportas, tienes que marcarte objetivos. Si escribes una novela, querrás publicarla algún día; si tienes un blog, querrás llegar a más lectores; si te gusta hacer fotografías, querrás mostrarlas al mundo. Generalmente todo lo que hacemos conlleva objetivos, conlleva un qué queremos conseguir con ello. Y aunque hay tantos objetivos como personas, la clave para ir asentando nuestra marca y, en definitiva, cumplir los objetivos, es no abandonarlos nunca.