Lo peor de todo es que cuando son pillados con las manos en la brasa tienen la caradura de negarlo todo y de lanzar ante los micrófonos el insultante “no sé de lo que usted me está hablando”, la mítica “conjura de Madrid contra Cataluña” o el manido seseo del “y tú más” que aburre hasta el enojo. Esta España no tiene solución mientras sigamos permitiendo tanto caradura poniendo la mano, tanto mentiroso ultrapoderoso y tanto inepto en coche oficial riéndose de los que le pagan la fiesta, riéndose de nosotros. Ya está bien. En nuestras manos está darle la vuelta a esta tortilla española que si se sigue quemando por abajo acabará en la basura.
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