Si una mañana te levantaras amnésico quién te recordaría cómo eres ¿Sabría alguien decirte en qué consistes?, ¿sabes ahora en qué consistes tú y los que te rodean? ¿Observamos mejor a los de fuera que a nosotros mismos?, es una perspectiva muy diferente. De los demás solo vemos lo que dicen y como se comportan, que a veces hasta coincide. De nosotros, por contra, lo que más vemos son las intenciones, casi siempre buenas, las palabras que decimos y las que callamos, nuestras acciones y las omisiones; ni los más observadores podrán estar seguros de si dejamos de actuar por ignorancia, desidia, torpeza o a propio intento, ¿veis qué difícil?
O no te han dicho alguna vez “me gustabas más antes, antes eras más cariñoso, más ordenado, más racional o más concienzudo”… o “cuánto has mejorado en esto o en aquello”… o “tú no eres así”… Fijaos cuánto margen de movimiento en un sentido o en otro.
Por qué versión de ti mismo estarás, ¿la 3.5, la 4.2? cuando cambia el primer número es que se pretende un buen salto de versión con mejoras significativas, ya si le cambian el nombre olvídate. ¿Somos capaces de reconocernos siempre que miramos hacia atrás en nuestra biografía?, ¿es mejor o peor que así sea?
¿Cuánto de mí hay en ti y viceversa? ¿Sabría decirte quién eres si te pierdes?, ¿te ayudo de alguna manera a ser como eres, tengo algo que ver en ello?; ¿estoy en condición y en disposición de ayudarte a recuperar tu esencia caso de hacerte falta?, ¿Has oído hablar del refuerzo positivo?, o tan igual nos dan los giros del prójimo siempre que no nos salpiquen…
Miro hacia atrás sin alejarme tanto y aprecio en mí cambios significativos que no parecen importar a nadie; costumbres, obsesiones, actitudes… Nadie las echa de menos, ni de más. Una mañana de estas podría ser otro, desaparecer incluso, y nadie se daría cuenta.