Si padeces cáncer, diabetes, lupus, depresión, enfermedades del corazón o simplemente realizas búsquedas relacionadas con algún problema de salud, los anunciantes lo saben.
Al menos así lo demuestra un reciente estudio que explica lo que sucede cuando los usuarios buscan en internet información relacionada con su salud, al final las búsquedas no son tan anónimas como se podría pensar.
El estudio conducido por Tim Libert, un estudiante de doctorado en la Universidad de Pensilvania, menciona que más del 90% de los 80,000 sitios relacionados con la salud que se analizaron, exponen información a terceras partes.
Incluso sitios como el del Centro de Control de Enfermedades, de Estados Unidos, menciona en su política de privacidad que en la página se incluye información y productos de terceras partes, entre ellas, de empresas que usan los datos para proporcionar publicidad orientada.
Aunque se menciona que los datos personales siguen siendo anónimos, aún se pueden orientar los anuncios a los dispositivos de los usuarios que han hecho búsquedas relacionadas con su salud, lo cual al final termina en el armado de un perfil completo del usuario en cuestión.
Al igual que muchas cosas en internet, la recolección de las condiciones médicas de los individuos está motivada por el marketing.
Por ejemplo, después de realizar una búsqueda sobre el VIH dentro de la página del Centro de Control de Enfermedades se envía información a Google y AddThis, indicando que el usuario tiene interés en conocer más sobre esa enfermedad.
Y gracias a los bookmarklets de Facebook, Twitter y Pinterest incluidos en el sitio, también se envía la información a estas tres organizaciones.
La misma búsqueda pero realizada en el sitio WebMD envía la información del usuario hasta a 34 compañías diferentes de publicidad en línea.
La mayoría de esta información relativa con tu salud va a parar a manos de ad brokers, que son los intermediarios entre los anunciantes y los proveedores de contenido.
Las empresas que agrupan a estos brokers se encargan de colocar rastreadores propios o compran los datos de compañías de publicidad, además mantienen largas listas de usuarios que se cree tienen ciertas condiciones de salud.
Otro de los ejemplos que se mencionan en el estudio es el de la empresa Medbase 200 que dice usar modelos propios para generar y vender listas de marketing que incluyen a víctimas de violación, de abuso doméstico y pacientes con cientos de enfermedades diferentes.
De esta manera, la información médica más íntima de una persona puede ser revelada a cualquiera que pueda pagar una base de datos.
La información médica que al final es robada, puede ser encontrada en sitios web ilegales y son usados para realizar fraudes relativos a seguros médicos y otras estafas.
Una de las posibles consecuencias es etiquetar de manera errónea a diversos individuos como portadores de alguna enfermedad.
La regulación y la vigilancia al respecto son escasas.
A pesar de existir leyes que velan por la privacidad de la información relativa a la salud, como HIPPA en los Estados Unidos, no se vigilan las actividades de las entidades comerciales o de los brokers de datos.
Y es que la línea entre analizar información provista de manera voluntaria por el usuario para ofrecer publicidad orientada e invadir su privacidad y lucrar con información íntima parece no estar muy clara.
Por supuesto, si te preocupa el rastreo que los anunciantes hacen cada vez que entras a un sitio, siempre puedes usar herramientas como Ghostery y Adblock Plus.
Con información de | Fast Company