¿Tú sabes lo que estás pidiendo?

Por Carlos Melero Bascones @Gotasdecoaching

¿Has intentado alguna vez no hacer algo?

No se pueden alcanzar objetivos negativos.

Para ir hacia un lugar, necesitas que ese sitio sea “existible”. Por ejemplo, si te pido que tomes un bolígrafo en la mano, lo mantengas sobre tu palma abierta y a continuación te digo que dejes de tenerlo, tus movimientos no estarán dirigidos a dejar de tenerlo en la mano, sino a colocarlo en alguna parte. Tu mente buscará una acción positiva, algo que pueda ordenar a los músculos. Por ejemplo si te ordeno: “Concéntrate” o “Relájate” no es algo que “hagas” es algo que sucede.

Una imagen en la que apetece hacer click.

Solicitar de alguien una acción negativa o abstracta complica la focalización de la mente en la tarea.

Una vez vi a mi jefe pedirle al nuevo becario que hiciera un trabajo aceptable. Cuando terminó la tarea, el chaval empleó más energía en defender que su trabajo era suficientemente aceptable, que en la tarea en sí misma. Nunca supe si él realmente pensaba que aquello estaba bien o sólo se excusaba. En cualquier caso, lo que consiguió mi jefe fue permitir un espacio para la disputa.

Pedir un trabajo aceptable puede ser tan abstracto como requerir que un adolescente ordene su habitación, si no se han sentado antes las bases de qué es “aceptable” y “ordenado”. El resultado puede ser que lo que a uno le parezca suficientemente correcto, no se lo parezca a otro.

No sé qué es un trabajo aceptable, aunque sí puedo conocer otros parámetros como el plazo de entrega o los criterios de aceptación. Es posible que haya variaciones de opinión con otras personas que consideran que meter la ropa en los armarios es suficiente, aunque el armario esté desordenado. O que no se puede considerar ordenado si está sucio.

Una buena petición está formulada en positivo, refleja lo que sí se está pidiendo que suceda. El resultado de la acción será algo observable por los sentidos. Existirá una forma de validarlo incluso por un tercero.

Una petición desde la confianza implica solicitar un resultado (qué) y no tanto dirigir las tareas (cómo). Se puede pedir al mismo tiempo que se cede responsabilidad si la petición se refiere al resultado requerido y no al cómo conseguirlo.

Cuando pides algo ¿Sueles utilizar opiniones sobre el resultado o lo expresas en forma de hechos cuantificables? ¿Te aseguras de que estáis de acuerdo en los criterios de aceptación?

Piensa en lo último que le pediste a alguien ¿Buscabas controlar cómo lo hacía, u obtener un resultado confiando en su forma de abordarlo?

¿Qué crees que facilita más la generación de un entorno de desarrollo personal y satisfacción?

Gracias por compartir en las redes sociales y por comentar. Me ayuda a dar más visibilidad a mi trabajo.

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