Un día un adolescente, conversando con un amigo, dijo:- Creo que sé cómo engañar al sabio. Voy a llevarle un pájaro que sujetaré en la mano, y le preguntaré si está vivo o muerto. Si dice que está vivo, lo apretaré y una vez muerto lo dejaré caer al suelo; si dice que está muerto abriré la mano y lo dejaré volar.El joven llegó hasta el sabio y le hizo la pregunta:- Sabio, el pájaro que tengo en la mano, ¿Está vivo o muerto?.El sabio miró fijo al joven y le dijo:- Muchacho, la respuesta está en tus manos
“Aplícate el cuento”, relatos de ecología emocional.Jaume Soler y Mercè Conangla